sábado. 27.04.2024

La Embajada de Suecia, en la capital iraquí fue incendiada este jueves en medio de protestas contra la quema del Corán, que tuvo lugar en Estocolmo en los últimos meses. En medio de estos hechos se desató una crisis diplomática. Bagdad retiró a su embajador de la capital sueca después de que el país europeo autorizara una nueva manifestación en la que se prevé sería incinerado otro ejemplar del libro sagrado del islam.

Durante una manifestación, organizada por los partidarios del controvertido líder religioso chiita Moqtada Al-Sadr, se observaron columnas de humo que salían del edificio de la embajada sueca, en la capital iraquí. Los camiones de defensa civil apagaron el fuego, mientras las fuerzas de seguridad dispersaron a los manifestantes con cañones de agua y porras eléctricas. Los activistas respondieron lanzando piedras y luego la calma regresó a la ciudad. El Ministerio sueco de Asuntos Exteriores afirmó que el personal de su sede diplomática en Bagdad se encuentra fuera de peligro.

El incidente tuvo lugar el mismo día en que el militante iraquí refugiado en Suecia, Salwan Momika, planeaba quemar un ejemplar del Corán, frente a la embajada de su país en Estocolmo. Los manifestantes iraquíes reprocharon enérgicamente la intención de Momika y justificaron que incendiaron la embajada de Suecia en señal de protesta.

Las autoridades suecas habían autorizado esta pequeña concentración, pese a que el militante había confirmado en su página de Facebook que quemaría el libro religioso.   Finalmente, los manifestantes se reunieron ante la embajada de Irak en Estocolmo y pisaron el libro, aunque no lo quemaron, según medios locales.

Críticas hacia Irak

Suecia condenó el acto en su Embajada y anunció que había convocado al encargado de negocios iraquí tras el incidente. "Lo que ha ocurrido es totalmente inaceptable y el Gobierno condena estos ataques en los términos más enérgicos posibles", declaró el ministro sueco de Asuntos Exteriores, Tobias Billström.

"Las autoridades iraquíes tienen la obligación inequívoca de proteger las misiones diplomáticas y el personal diplomático en virtud de la Convención de Viena. Está claro que las autoridades iraquíes han fallado gravemente en esta responsabilidad (…) El gobierno convocará al principal diplomático iraquí en Suecia”, añadió Billström.

Estados Unidos también condenó el ataque a la Embajada sueca y criticó a las fuerzas de seguridad iraquíes por no impedir el acto. "La libertad de reunión pacífica es un sello esencial de la democracia, pero lo que ocurrió anoche fue un acto ilegal de violencia (...) Es inaceptable que las fuerzas de seguridad iraquíes no actuaran para impedir que los manifestantes irrumpieran por segunda vez en el recinto de la Embajada sueca y lo dañaran", aseguró el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.

Irak condena el ataque, pero retira a la embajadora sueca  

El Ministerio de Asuntos Exteriores iraquí emitió un comunicado condenando "en los términos más duros" la quema de la Embajada. "El Gobierno iraquí ha dado instrucciones a los servicios de seguridad competentes para que lleven a cabo una investigación urgente y tomen todas las medidas necesarias para descubrir las circunstancias del incidente e identificar a los autores, con el fin de que rindan cuentas de acuerdo con la ley”, señaló. Sin embargo, Bagdad decidió retirar a su encargado de negocios de Suecia, así como a la embajadora del país nórdico en Bagdad.  

Bagdad había advertido este jueves que rompería las relaciones diplomáticas con Estocolmo si continúan tales actos contra el Corán.

Según Irak, que se "otorguen autorizaciones bajo el pretexto de la libertad de expresión" representa "acciones de provocación que ofenden los pactos y normas internacionales de respeto a las religiones, creencias", y que "constituyen una amenaza a la paz e incitan a una cultura de violencia y odio".

Muqtada al Sadr, influyente clérigo chií iraquí, que cuenta con cientos de miles de simpatizantes, reaccionó en las últimas horas y pidió a los musulmanes mostrar su "apoyo al cielo" si se queman nuevos ejemplares del Corán en Suecia. También advirtió al Gobierno iraquí que "no se contente con la condena y la denuncia, porque eso indica debilidad y sumisión, si la bandera de Irak es realmente quemada".

Condenas internacionales contra la manifestación de Momika

No es la primera vez que Salwan Momika decide quemar ejemplares del libro sagrado del islam. Ya había incinerado algunas páginas del Corán frente a la mezquita más grande de Estocolmo el mes pasado, durante el Eid al-Adha, gran fiesta musulmana. El incidente había desencadenado un asalto de la Embajada sueca en Bagdad por los partidarios de Muqtada al Sadr.

El acto de Momika en junio había provocado condenas internacionales, especialmente por parte de los países de mayoría musulmana, como Pakistán, y por parte de la ONU, que adoptó el 11 de julio una resolución condenando los hechos. El texto condena "toda apología y manifestación de odio religioso, incluidos los recientes actos públicos y premeditados que han profanado el Corán".

La resolución fue adoptada por 28 de los 47 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, entre ellos la mayoría de los países africanos, además de China y Ucrania. Entre las naciones que se abstuvieron están Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, que alegaron que el texto va en contra de la libertad de expresión.

A inicios de este año, la Policía sueca decidió vetar manifestaciones en las que se quemaran ejemplares del Corán, tras advertir amenazas a la seguridad, pero el Tribunal Supremo anuló estas prohibiciones por considerar que violaban la libertad de manifestación.

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