Un asiático secuestró a su prometida y la retuvo en una habitación de un hotel de Dubai donde la golpeó junto con otros tres y la amenazó con matarla si no pagaba un rescate de tres millones de dirhams. El tribunal condenó al principal acusado en ausencia y a los otros tres en presencia a tres años de cárcel seguidos de la deportación.
El incidente, que tuvo lugar en una habitación de hotel en Al Riqqa, se remonta a marzo pasado cuando una joven asiática presentó una denuncia en la que afirmaba que su amiga fue secuestrada y retenida en un hotel. La denunciante manifestó que recibió una llamada telefónica de su amiga pidiéndole que la ayudara ya que su prometido la atrajo a un hotel y la retuvo en una habitación, donde la agredió y le exigió que pagara un rescate de tres millones de dirhams para liberarla.
Según un comunicado policial, en las investigaciones, un equipo de detectives verificó la denuncia y tomó todas las medidas legales antes de allanar la habitación. Allí, la joven fue encontrada en estado de shock y con algunos signos de agresión y tortura. Estaba acompañada de uno de los sospechosos, que fue detenido. Más tarde, llegaron dos sospechosos más y se descubrió que eran los cómplices del principal sospechoso en el secuestro de la joven. Todos fueron arrestados y remitidos a la Fiscalía y luego al tribunal para ser juzgados.
La víctima manifestó que estaba harta de la mala conducta de su prometido y su crueldad en el trato con ella y por ello lo abandonó. Él solía suplicarle a cada momento que regresara y prometiéndole que cambiaría. Sin embargo, cuando comprendió que la víctima quería terminar la relación, le dijo que reservaría una habitación en un hotel para que repensara su relación y ella accedió y se dirigió al hotel, donde la esperaba junto a otras tres personas.
La víctima agregó en las investigaciones que el principal sospechoso -su novio- en colaboración con los demás la torturó y amenazó con matarla si no les entregaba el rescate. La víctima fingió que cumpliría con su pedido y les traería el dinero. Fue entonces cuando se comunicó con una amiga y le contó sobre su estado. La amiga llamó entonces a la policía. En el interrogatorio, los sospechosos negaron haber participado en el secuestro de la víctima, pero confesaron que estaban al tanto de la solicitud de rescate por parte del principal sospechoso y que les dijo que no permitieran que la joven saliera de la habitación del hotel.
