Un trabajador de Europa del Este mató premeditadamente al dueño de un taller de reparación de automóviles en Dubai luego de una disputa que estalló después de que la víctima rechazara la solicitud de vacaciones del trabajador.
El Tribunal de Primera Instancia lo condenó a cadena perpetua (en Emiratos Árabes Unidos es 25 años de cárcel) seguida de la deportación. El fallo fue confirmado por el Tribunal de Apelación.
El caso se remonta a junio de 2020 cuando los trabajadores de un taller de reparación de automóviles encontraron a su jefe muerto dentro de su oficina con varias puñaladas en el cuello y el abdomen y heridas graves en la cabeza. Un policía declaró ante el tribunal que se trasladó a la escena del crimen tras una denuncia que fue recibida por la sala de operaciones de un asesinato en un taller de reparación de automóviles en el Área Industrial 2 de Al Quoz.
El policía dijo que llegó al lugar señalado donde se encontraba la víctima en un charco de sangre con un corte en el cuello, fractura en el rostro, heridas y puñaladas en la parte superior del cuerpo. En el sitio también se encontró un cuchillo de tamaño mediano cubierto de sangre junto con unas tijeras y un martillo de hierro. Los trabajadores interrogados manifestaron que salieron de su lugar de trabajo unos veinte minutos para comprar algunas cosas y al regresar encontraron la puerta exterior cerrada por dentro.
Entraron al taller por la puerta trasera y uno de ellos vio al dueño del taller en un charco de sangre dentro de su oficina. Sospecharon de uno de los trabajadores porque no estaba presente cuando se descubrió el asesinato. Más tarde, el sospechoso fue detenido cerca del Consulado de su país de origen en Dubai. En el interrogatorio, el sospechoso, de 21 años, confesó haber visitado el Consulado de su país para que lo ayudara a salir de Emiratos Árabes Unidos. También confesó el asesinato por una disputa laboral con su jefe.
El día de los hechos, el trabajador que quería regresar a su tierra natal, le pidió a la víctima que le reservara un pasaje de regreso pero no estuvieron de acuerdo con las fechas. Estalló una riña entre ellos, luego de lo cual la víctima le pidió al acusado que abandonara el lugar y dejara de trabajar de inmediato. En ese momento, el acusado, que se sintió humillado, bajó al taller y cerró la puerta por dentro antes de volver a la oficina con un cuchillo en la mano, donde agredió a la víctima y le cortó el cuello.
Sin embargo, cuando comprobó que la víctima no había muerto, el acusado le partió la cabeza con un martillo que estaba en la oficina golpeándole la cara varias veces con la intención de matarlo.
