sábado. 20.04.2024

El accidente del avión de Swiftair ha abierto el debate sobre la influencia de la precariedad laboral en las situaciones de peligro a las que a veces se enfrentan las tripulaciones de las aeronaves. Según ha publicado el diario El Mundo, el sindicato de pilotos Sepla advirtió en su revista Mach 82 de que la precariedad laboral se estaba "institucionalizando en Swiftair". Hasta el punto de que la compañía aprobó un salario mensual de 842 euros para los nuevos copilotos.

Hace poco más de un año, Swiftair dio luz verde al convenio de sus copilotos, creando tres niveles salariales diferentes y asignando un salario bruto para este colectivo de 842 euros al mes, un 40% menos del salario más bajo que cobra un copiloto, que se sitúa en 1.404 euros.

Los copilotos afectados por la reducción salarial fueron los tripulantes de los ATR -aviones de transporte regional- y los Embraer, quedando fuera los MD -fabricados por McDonnell Douglas, empresa que pasó a ser propiedad de Boeing- y los Boeing 737. El avión que ha desapareció en la zona de Mali, en África, es un MD83.

Según la información a la que ha tenido acceso El Mundo, el comandante Agustín Comerón y su copiloto Isabel Gost, los dos profesionales que se encontraban al frente del vuelo AH5017, fueron contratados por obra para cubrir la temporada de verano.

Ambos pilotos trabajaron también para la extinta compañía Spanair y tenían "buena experiencia". La compañía argelina Air Algérie había contratado los servicios de la española Swiftair en condiciones de 'wet lease', es decir, alquiler de la aeronave con tripulación. La española operaba el vuelo, pero con código de Air Algérie. Swiftair ofecía a la argelina el avión, la tripulación y el servicio técnico.

El piloto Agustín Comerón, nació en Badajoz pero residía en Marratxí y tenía dos hijos. Apasionado de la aviación desde bien pequeño, este pacense afincado en Sa Cabaneta (Marratxí) había trabajado ya como piloto para Spanair y fue allí donde sufrió los primeros ERE y posterior quiebra de la aerolínea. Una situación que le obligó a buscarse la vida, como otros 500 pilotos que en su día se vieron afectados por cierres similares, como los de Air Comet, Futura y la propia Spanair.

La copiloto, Isabel Gost, residía en Sa Pobla, mientras que Rafael Gasanalieb, Miguel Ángel Rueda, Raúl Montero y Federico Cárdernas formaban parte de la tripulación de cabina.

Federico Cárdenas, militante de UPyD en el municipio de Móstoles, localidad de la que era vecino. Licenciado en Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, Cárdenas tenía 39 años. En la actualidad estaba estudiando para consultor de SAP y acababa de dar el paso para presentarse como candidato para el Consejo Político Territorial de Madrid del partido magenta.

Raúl Montero era diplomado en Turismo por la Universidad de Deusto y llevaba trabajando en SwiftAir desde marzo de 2013 después de sacarse el título de Air-hostess en 2011 y acumular experiencias profesionales tras trabajar como recepcionista en varios hoteles.

Miguel Ángel Rueda, también madrileño, era el tercer tripulante de cabina. El cuarto triplante de cabina que perdió la vida en el siniestro era Rafael Gasalanie v, de procedencia rusa y también diplomado en Turismo. Gasalaniev había trabajado como auxiliar de vuelo para Air Europa durante al menos cinco años.

En la imagen de portada, los tripulantes del avión de Swiftair que se ha estrellado en Mali.

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