viernes. 19.04.2024

¿Puede haber algo más motivador que poder disfrutar en tu jardín de un olivo con dos siglos de historia? Es posible conseguirlo en Dubai Festival City. Eso sí, hay que rascarse el bolsillo ya que el precio se eleva por encima de los 4.000 dirhams. A cambio tendrá un auténtico objeto de coleccionista que además es venerado en la cultura mediterránea. Su fruto, la aceituna, y su jugo, el aceite, es base fundamental de la historia del mundo y de una dieta alabada en los cinco continentes y que aquí, en la región del Golfo, cuenta con una legión de seguidores.

De lograr el objetivo y plantarlo en su terreno, un buen consejo es situar un cómodo banco frente al árbol centenario para entablar conversaciones con sus ramas mientras se ven reverdecer las olivas. Para preguntarle por las historias que acumulan sus raíces.

Dos siglos son muchos años. Tantos que su memoria podría recordar revoluciones como la industrial y la rusa y también las sangrientas guerras mundiales. Asimismo hechos que hoy tienen gran importancia a nivel mundial, como por caso la fundación de la Bolsa de Nueva York, que nació en 1817.

Igualmente es posible plantearse cuestiones sobre la tierra donde vivimos. ¿Qué pasaba por aquí a comienzos del siglo XIX? Había vida. Y mucha actividad. Eso de que por estas latitudes no existía nada hace 70 años es rigurosamente falso. De hecho, en 1820 el Reino Unido firmó el primer tratado de paz con los jeques de las tribus del país.

El acuerdo que supuso el comienzo del protectorado británico y la tregua marítima perpetua, llegó más tarde, en mayo de 1853, y permitió al Reino Unido hacerse cargo de la protección militar del territorio. Fue un gran negocio para los británicos ya que en 1892 alcanzaron un pacto que les garantizaba el monopolio sobre el comercio y la explotación de los recursos. El nombre que recibieron en Occidente los Emiratos durante este periodo fue el de los Estados de la Tregua.

Todo eso nos los puede contar el olivo, que con su tronco retorcido da muestra de su sabiduría y de su acumulada experiencia. Aún más si lo tenemos en nuestro propio hogar.

Si lo acogemos, de camino, podemos abrir más espacio a este árbol frutal en la cultura árabe, que es la suya. De hecho, es originario del Asia Menor. Después se expandió de Siria a Grecia por Anatolia, aunque otras hipótesis indican a Egipto, Etiopía y algunas áreas de Europa como su lugar de origen.

Lo que sí está claro es que en las primeras Olimpiadas, allá por el año 776 AC, el olivo ya jugó un papel fundamental. De hecho, la primera antorcha olímpica fue una rama de olivo en llamas. Y los ganadores olímpicos recibían como premio una corona hecha de ramas de olivo que simbolizaba la paz y la tregua de cualquier tipo de hostilidad.

Y así debemos continuar, viéndolo como un símbolo de paz, de cultura y de mejor tradición que permanece inalterable a través de los siglos y que hoy, sin protocolo ni ceremonia, es posible contemplarlo rodeado de rascacielos y grandes edificios a las puertas del centro comercial Ace en Festival City (ver localización). Lo que deja bien claro que Dubai casa actualmente a la perfección con todo lo que atesora el venerado olivo.

Olivos con dos siglos de historia en Dubai Festival City
Comentarios