jueves. 28.03.2024

La Ópera de Omán, la primera del golfo Arábigo, nació para competir con las europeas en lujo y estándares artísticos, con el segundo órgano movible más grande del mundo, y es la joya de la corona del Sultán Qabús, que ha promovido la música y la cultura en el país desde su ascenso al trono en 1970.

Su pasión por las obras de los grandes compositores, como Beethoven y Tchaikovsky, le llevó a fundar la Orquesta Sinfónica de Omán en 1985 y varias bandas militares de renovado prestigio, que actuaron el pasado fin de semana, junto a invitados de Austria y otros países de Europa y Asia, en el patio de la Ópera, ante un público entusiasta y bajo una luna llena de color amarillo.

La Casa Real de la Ópera fue inaugurada en 2001, también por expreso deseo del Sultán, y desde entonces se ha convertido en la "joya de la corona", tal y como la describe en declaraciones a Efe el director de la oficina del consejero cultural del Sultán, Said Naser Ali Alsalmi.

A pesar de que es el complejo más "impresionante" de Omán, Alsalmi destaca que hay otros centros culturales en el país, donde las autoridades promueven el teatro, la danza y las artes plásticas, entre otras manifestaciones que -según él- no son nuevas ni desconocidas para los omaníes.

La Ópera es el reflejo y la "culminación" de una larga tradición cultural, añade el director de la oficina de Abdulaziz Mohamed al Rouas, el cual también destacada en un encuentro con periodistas internacionales la pasión del Sultán por la música y su deseo de que el pueblo omaní se subiera "al tren del siglo XX" desde su llegada al poder a través de un golpe de Estado contra su padre.

Ahora, los ciudadanos de este país del golfo se han aficionado a la ópera y otros géneros musicales que ofrece cada temporada el teatro -desde obras de ballet, hasta un concierto del artista británico Cliff Richard-, y acuden en gran número, tal y como asegura una guía que enseña el teatro con orgullo a turistas y visitantes.

Ahlam al Nadhani, guía de la ópera, subraya que las mujeres son de las que más van a la Ópera, aunque, sin duda, el invitado de honor es su majestad Qabús, que dispone de una puerta de acceso primada y una tribuna en la que nadie más puede sentarse, iluminada por tres lámparas que distinguen su lugar de entre los demás.

ATRACCIÓN Y ORGULLO

El teatro cuenta con un aforo para 1.100 personas, cada una de la cual dispone de una pantalla personal que, en el caso de una ópera, ofrece la traducción en árabe y en inglés, además de la lengua original de las obras, entre las que se encuentran esta temporada 2017-2018 los clásicos "Aida" de Verdi y "L'Occasione fa il ladro" de Rossini.

Además de la platea, los palcos privados permiten una vista privilegiada sobre el escenario de ocho niveles, como el de los mejores teatros europeos, y los balcones situados junto al escenario se mueven según el tipo de espectáculo para ofrecen una mejor vista.

Junto a la sala principal, se encuentra un museo de instrumentos y en un ala lateral hay un lujoso centro comercial, además de otros espacios para actividades como clases de tango, charlas con artistas y espectáculos para niños, que también convierten a la Ópera en centro cultural y de ocio.

El complejo, de 80.000 metros cuadrados tiene la estructura de un fuerte omaní, imponente y sencillo por fuera y muy decorado con motivos arabescos por dentro, construido con materiales preciados como mármol italiano y techos de madera tallados en Viena, según explica Al Nadhani.

El edificio, que surge en una zona residencial de la capital, se ha convertido en una atracción turística y el orgullo de Omán, que compitió con la antigua Ópera de El Cairo -la primera de Oriente Medio- y que empujó a Dubai a dotarse también de un gran teatro en 2016, inaugurado por Plácido Domingo al igual que la Ópera de Omán cinco años antes.

Ópera de Omán, la joya del sultán que quiere competir con las grandes escenas europeas
Comentarios