viernes. 29.03.2024

La realeza árabe y de oriente, apasionada por el arte de la fotografía de época

El príncipe de Brunei se llegó a gastar 22.000 dólares de una vez en uno de los tres estudios 'Historyland' que la costarricense Patricia Li Guerrero lidera en Dubai
La costarricense Patricia Li Guerrero junto a su esposo, Mohamed Hajali, en el estudio de 'Historyland' de Dubai Mall. (EL CORREO)
La costarricense Patricia Li Guerrero junto a su esposo, Mohamed Hajali, en el estudio de 'Historyland' de Dubai Mall. (EL CORREO)

El mundo del emprendedor puede hacer que se empiece un negocio con 300 dólares y una maleta en el centro de Londres -justo enfrente del Castillo de Windsor- y se acabe 20 años más tarde con un estudio fotográfico en el centro comercial más grande del mundo y con clientes de la realeza de varios países árabes.

Este es el caso de la costarricense Patricia Li Guerrero, quien actualmente regenta tres estudios con el nombre de ‘Historyland’ en Dubai Mall, Wafi Mall y el parque temático Global Village. El negocio del que hablamos es realizar fotografías que transportan por unos momentos a todo el que lo desee a la época de los Tudor, al periodo victoriano, al viejo oeste estadounidense o que aparezcas de pronto en medio de un tiroteo durante una película de gansters.

En el año 1992, Guerrero decidió salir de su país y dedicarse a lo que le apasionaba, la fotografía. También realizó estudios de Administración de Negocios antes de lanzarse al mundo del emprendimiento. “Quería saber de qué estaba hecha a pesar de que mis padres vivían cómodamente en Costa Rica”, señala en una entrevista con EL CORREO DEL GOLFO. Trabajó limpiando oficinas, en una pizzería o en el Mc Donalds antes de decidir presentarle un proyecto al banco para comprar un inmueble frente al Castillo de Windsor que costaba 260.000 libras y que acabaría convirtiéndose en su primer estudio y el comienzo de todo su éxito.

Allí, en uno de los lugares más turísticos de todo Londres, se dio cuenta de que el 80 por ciento de su clientela era árabe. “A los árabes les encanta disfrazarse y pueden llegar a gastarse miles de dólares por vivir esa experiencia y retratarse a ellos mismos y a su familia”, señala Guerrero.

Después de visitar Emiratos Árabes Unidos en numerosas ocasiones para retratar en sus palacios a distintas personalidades de familias de la realeza, pensó que esperar nueve meses del año a que su clientela llegara a Londres no era suficiente y que mejor se trasladaba de forma definitiva a la región para tener acceso a todo ese potencial.

“La primera vez que vine fui invitada por miembros de una relevante familia y me alojaron en su casa. Me animaron a abrir el negocio aquí, me dijeron que era muy buena idea y funcionaría muy bien. Fue algo muy especial y empecé a enamorarme de la cultura de aquí, de cómo vivían entre ellos y del respeto que tenían a sus padres”, apunta.

SESIÓN DE AUTOESTIMA CONCENTRADA

Para dar el definitivo paso al frente y radicarse en Dubai se inspiró en la calidez humana y en el legado del padre fundador del país, el jeque Zayed, y en la visión del jeque Rashid, quienes asegura que levantaron “los cimientos sobre los que construyeron la nación”. “Hoy, siguiendo el camino que marca el liderazgo de los Emiratos Arabes Unidos en la región, he aprendido a innovar, a constantemente reinventarme, a transmitir liderazgo a mis colaboradores, a apoyar a las nuevas generaciones de empresarios, a no tener miedo a los retos y a arriesgar en este un país de oportunidades para quien busca superación con excelencia", puntualiza.

En la labor que desarrolla Guerrero junto a su equipo de 13 personas en Dubai no sólo cuenta el producto final, la fotografía, también suma, y mucho, la experiencia misma de caracterización. Vestirse, maquillarse y ponerse los accesorios es como una sesión de autoestima concentrada. Para quien le interese, una sesión de fotos con maquillaje y ropa tiene un coste mínimo de 150 dirhams.

El negocio comenzó en Dubai hace cuatro años en el Global Village. “Mi esposo, Mohamed Hajali, y yo nos mudamos a Duabi y abrimos nuestro primer estudio en Global Village para probar y tuvimos un éxito increíble”. Su actividad fue recogida en la mayoría de periódicos nacionales y consiguieron más clientes de la familia real. “A la semana de abrir en Dubai Mall, 17 nietos de un eminente jeque llegaron para fotografiarse”, revela.

Además, también han visitado ‘Hystoryland’ la conocida presentadora de televisión árabe Lojain Omran, cantantes como Hussain Al Jasmi u Omar Deyab, actores árabes, una hija de Madonna y uno de los príncipes de Brunei, el mejor cliente de la historia de su negocio: se llegó a gastar 22.000 dólares en una sesión fotográfica en la que se caracterizó de victoriano.

La caracterización que más le gusta a los árabes son los años 20 y la época victoriana. Aunque Guerrero también realiza sesiones fotográficas para bodas y otros eventos.

Son fotos como de películas. Lo mejor que sucede cada vez que hacemos una sesión es que se le recuerda al ser humano lo especiales que son, que con el día a día se nos olvida. Al parar un momento en el día y tomarse unas fotos como éstas es cómo recibir una terapia para subirnos la autoestima. Nuestro producto es algo refrescante, positivo”, dice.

“Hay personas que llegan cabizbajas, desmotivadas, inseguras. Lo increíble es ver cómo se transforman durante la sesión fotográfica”, afirma.

Entre flashes, maquillajes, vestidos de época y accesorios, Guerrero confiesa que su trabajo le supone “una satisfacción personal enorme en la que fotografía el alma y la personalidad de la gente”. El clímax de su producto no es hacer simplemente un retrato, sino ver a las personas como realmente son

La realeza árabe y de oriente, apasionada por el arte de la fotografía de época
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