Emiratos Árabes Unidos ha sido nombrado el país más competitivo del mundo árabe, según el informe Competitividad Global publicado hoy por el Foro Económico Mundial.
Su informe sobre la competitividad global 2017-2018 - una evaluación anual de los factores que impulsan la productividad y la prosperidad de los países, clasificó a EAU en el puesto 17 de la lista.
El ránking mundial de competitividad lo encabeza Suiza por noveno año consecutivo. Le sigue EEUU, que sube una posición y deja a Singapur en el tercer puesto.
Holanda y Alemania se mantienen en el cuarto y quinto puesto, respectivamente, por delante de Hong Kong, que mejore tres posiciones y es una de las subidas más importantes en la clasificación de este año.
Suecia baja un puesto hasta el séptimo lugar, al igual que el Reino Unido y Japón. Finlandia se mantiene firme en el décimo puesto.
Por su parte, España ha perdido dos puestos en este informe Competitividad Global 2017-2018 y queda en el 34 de los 137 analizados aunque ha mejorado algo su puntuación general.
En su análisis sobre Europa, los expertos del Foro Económico Mundial consideran que “no parece haber demasiados indicios de mejora para abordar la división norte-sur de la región”.
Así mismo, Chile se mantiene un año más firme en su posición de líder en competitividad en América Latina y el Caribe, seguido de Costa Rica, que da un enorme salto al superar a Panamá y México, mientras que Argentina gana doce posiciones y pisa el acelerador.
Colombia venía presentando durante los últimos años mejoras en sus indicadores de competitividad, una buena tendencia que se ha visto frenada el último año. Así lo muestra el índice del Foro Económico Mundial, en el que ha tenido una caída de 5 puestos frente a la medición anterior. De esta forma, el país se ubica en el puesto 66 de los 137 del ránking, mientras que tanto en el 2015 como en el 2016, había escalado hasta el 61.
En la cola de la clasificación se sitúan los países de Yemen y Mozambique.
A nivel global, los expertos del Foro sostienen que diez años después de la crisis financiera mundial las economías siguen corriendo el riesgo de sufrir nuevos impactos y no están preparadas para la próxima oleada de innovación y automatización.
