Lejos del Bernabéu, en un campo polvoriento en un barrio pobre de Karachi, un grupo de muchachos paquistaníes escuálidos, lucen la famosa camiseta blanca del Real Madrid mientras juegan al fútbol.
Esta academia está respaldada por la Fundación Real Madrid y se inauguró el pasado marzo en una de las zonas más antiguas de Pakistán.
Para los jóvenes como Mohammad Ashraf de 13 años de edad, que lleva una vida difícil la iniciativa del club español le ha traído momentos de placer y sueños de gloria.
"Se lo conté a mi madre y desde entonces todo el mundo en casa está feliz por mí", explicó un emocionado Ashraf recordando su primer día en la academia.
Al igual que la mayoría de los habitantes de la zona pobre de Ashraf lucha para ganarse la vida con la pesca.
Muchos niños de la zona están desnutridos, pocos tienen más que la educación básica y sólo se espera de ellos que empiecen a trabajar a una edad temprana en la reparación de las redes de pesca.
Las oportunidades para la diversión son muy limitadas y por ello la academia de fútbol, gestionada por AmanSports una entidad de caridad local, es un rayo de esperanza.
El gigante del fútbol español apoya academias en todo el mundo a través de su fundación, con el objetivo de promover los valores del deporte y la educación. La organización de AmanSports convenció a la Fundación el año pasado para abrir un centro en Karachi, y la Fundación Real Madrid proporcionó el equipo y capacitó a los entrenadores.
Jowaja Obaid, director de AmanSports,explicó que dirigir una academia vinculada a uno de los clubes más grandes del mundo del fútbol, es un gran desafío.
Obaid y su compañero Myra Khan estuvieron en Madrid para recibir formación como entrenadores.
"La idea era traer las mejores prácticas de todo el mundo y dar a los niños el acceso a los deportes, y el Real Madrid es el nombre más grande en el fútbol del mundo", concluyó el entrenador y director.
En Pakistán el deporte del cricket es el rey, aunque el fútbol es bastante popular en algunas partes de Karachi y en la provincia de Baluchistán.
Pocos de los niños de la academia eran conscientes del pedigrí del Real Madrid cuando se unieron al grupo, pero todos reconocieron un nombre al talismán portugués, Cristiano Ronaldo. - AFP.
