viernes. 19.04.2024

El ministro de Estado para Asuntos Exteriores de EAU, Anwar Gargash, ha dicho que no habrá tregua en el boicot de un año contra Qatar, asegurando que la responsabilidad recae sobre Doha que debe cambiar cambiar sus políticas. En una entrevista exclusiva con el diario The National sobre asuntos regionales, dijo que persiste un "déficit de confianza" con Qatar, y que EAU y sus aliados se habían acostumbrado a no tener relaciones con la península. Sus comentarios llegaron en el primer aniversario de la acción contra Qatar por parte de Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Bahréin y Egipto.

Gargash analizó que Qatar había causado daños en la región, acusando a sus líderes de "socavar el régimen de Bahréin" y de "apoyar sistemáticamente a la oposición saudí" al proporcionar una "plataforma para tratar de jugar un papel sedicioso". Refiriéndose a la decisión de boicotear a Qatar el 5 de junio del año pasado, señaló que, "los cuatro países han expresado su punto de vista. Nos hemos acostumbrado más o menos a tratar con nuestra región mediante el aislamiento de Qatar. La responsabilidad recae en Doha si realmente quiere salir de su aislamiento actual".

Los cuatro países, conocidos como el Cuarteto, no toleran el apoyo de Qatar a las organizaciones terroristas, los vínculos estrechos con Irán y el incumplimiento de los compromisos contraídos en una reunión privada en 2013, conocida como el acuerdo de Riad, como la razón para romper las relaciones. Gargash puntualizó que el boicot no había sido una decisión repentina y, en consecuencia, el final de la crisis también puede estar muy lejos.

"Ha pasado un año desde que tomamos medidas contra Qatar. No fue un problema que surgió de pronto. La crisis se debió a las prácticas de Qatar durante más de una década en que el país formaba parte del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Al mismo tiempo, adoptaron y aplicaron políticas que fueron desestabilizadoras. La crisis no vino de la nada. La lectura desde nuestra perspectiva: tuvimos un saqueador dentro de nuestro grupo". El Cuarteto en el momento del boicot enumeraba 13 demandas, presentadas a los qataríes por Kuwait, que está ayudando a mediar en la crisis. Gargash reiteró que esos puntos seguían siendo un punto de partida para una negociación. Específicamente, para que se restablezcan las relaciones, Qatar debe "revisar sus políticas anteriores con respecto al apoyo al extremismo", su "papel desestabilizador para sus vecinos y su apoyo al yihadismo y al radicalismo".

A pesar de las numerosas iniciativas en Washington para mediar, Gargash se hizo eco de la posición de Arabia Saudita sobre la necesidad de una solución regional. "Los qataríes tienen una percepción errónea, en la que pensaban que Washington u otro poder occidental convocaría a todas las partes a una reunión e impondría una solución. Las cosas no funcionan de esa manera. La solución "tiene que estar dentro del CCG". 

En su oficina en Abu Dhabi, el ministro de Estado para Asuntos Exteriores, explicó cómo Emiratos Árabes Unidos y sus aliados han manejado varias crisis que afectan al Medio Oriente. Se tomaron medidas contra Qatar hace un año porque había que tomarlas, dice. Irán sigue siendo un problema en Yemen que se está abordando mediante una acción militar. Sin embargo, reconoce que Siria, cuya guerra civil está en su octavo año, ha sido un fracaso de la diplomacia de la comunidad internacional y del mundo árabe. Dice que el conflicto, que ha dejado más de 500.000 muertos y millones de desplazados, es probable que continúe y que la expulsión de Siria de la Liga Árabe fue un error. Del mismo modo, el traslado a Jerusalén de la Embajada de EEUU en Israel es algo que debería haber sucedido al final de un proceso de paz, no al principio, agrega.

La salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán fue positiva y una señal de que los esfuerzos por abordar el comportamiento regional de Teherán son mejores que hace un año, argumenta. Pero mirando hacia el futuro, la única constante en las decisiones diplomáticas que se tomen es que habrá dificultades. "Estamos diciendo que si no quiere una intervención regional en asuntos árabes, necesita reorganizar su casa", insiste Gargash.

Las preocupaciones que enfrenta el mundo árabe, dice, solo pueden ser atendidas por lo que él llama un "Centro árabe" moderado, capaz de lidiar con un mundo que se ha vuelto más turbulento y complicado que nunca. En el corazón de ese centro se encuentran dos pilares del mundo árabe: Egipto y Arabia Saudita. Lo que se requiere, dice Gargash, es el apoyo más amplio de otros países árabes en la región y su alineación para abordar los problemas, incluidos los pasos que Irán tomó en los últimos años para aumentar su esfera de influencia en países árabes devastados por la guerra como Siria. donde parece que el régimen del presidente Bashar Al Assad va a sobrevivir.

Asimismo, Gargash sostiene que aunque EAU están militarmente comprometidos en Yemen como parte de la Coalición Árabe que intervino en nombre del gobierno internacionalmente reconocido del país, sus políticas siempre han creado espacio para una solución política. "El proceso político debe involucrar a todos los yemeníes. Se espera ampliamente que el plan del enviado de la ONU incluya a los hutñies  en el Gobierno, a pesar de que los rebeldes apoyados por Irán son considerados responsables de socavar las conversaciones de paz previas en Kuwait en 2016". "Los hutíes han sido el principal impedimento para llegar a un acuerdo, pero con la presión que estamos poniendo en Hodeidah, creo que somos cada vez más claros. Una solución liderada por Yemen y dirigida por las Naciones Unidas", manifestó Gargash.

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