viernes. 29.03.2024

Shoeb Alam Iraqi apenas tiene dinero suficiente para comer una vez al día, y mucho menos para mantener a la familia en la India a la que no ha visto en un año. Sin embargo, enfrenta una factura por dinero de sangre de 200.000 dirhams por un accidente fatal en el que asegura no participó.

El ingeniero civil, de 39 años, estaba terminando su turno en uno de los proyectos de su compañía en Jebel Ali en agosto pasado cuando ocurrió un incidente que, tristemente, puso fin a una vida y cambió la suya.

El padre de dos hijos manifestó que estaba en la planta baja cuando un ingeniero de electromecánica eléctrica fue electrocutado en la terraza.

Iraqi no era responsable del ingeniero, trabajaban en diferentes departamentos. Sin embargo, el tribunal ha ordenado que Iraqi pague el dinero de sangre por la muerte de su compañero.

"Llegó la policía y comenzaron a interrogarnos", dijo Iraqi que llamó al propietario y le informó del incidente, quien le pidió que fuera con la policía y contestara sus preguntas.

Más tarde descubrió que su empleador le había pasado su pasaporte a la policía.

Después de que el caso fuera remitido a la corte, Iraqi fue absuelto; sin embargo, la fiscalía apeló y se decidió que tenía que pagar la diya o dinero de sangre por un valor de 200.000 dirhams si quería evitar la cárcel y que le devolvieran su pasaporte.

"No tengo el dinero. No puedo pagarlo y no puedo cambiarme a otro empleo porque mi pasaporte está retenido", subrayó el indio, que recibió otra oferta de trabajo, pero no pueden contratarlo sin un pasaporte.

El ingeniero explicó que no ha visto a su familia en más de doce meses y no ha recibido ningún pago desde el año pasado. Después del caso, la compañía perdió muchos de sus proyectos y rescindió su contrato. Tampoco ha enviado dinero de apoyo a casa en más de un año y es el único sostén de la familia ya que mantiene a su madre, además de a su esposa y a sus dos hijas. "He estado pidiendo prestado dinero y viviendo con amigos. Apenas tengo suficiente dinero para comer y tengo suerte si como una vez al día", reveló el indio, según publica el diario The National.

Hisham Al Zahrani, gerente de Zakat y servicios sociales en la organización benéfica Dar Al Ber, dijo que el señor Iraqi se había puesto en contacto con el consulado indio, pero después de numerosas gestiones, le aconsejaron que contratara a un letrado. "No tengo dinero para un abogado", señaló. 

La compañía se ha negado a pagar el dinero de sangre por él, alegando que están en bancarrota y que su seguro se ha negado a pagar a pesar de que previamente habían prometido que lo harían.

"Sin pagar el dinero de la sangre, Iraqi no tiene forma de regresar a su casa en la India y perderá la otra oferta de trabajo. No podrá encontrar empleo en ninguna parte ni abandonar el país", manifestó Al Zahrani.

El consulado indio ha pedido que se tomen acciones legales contra el propietario de la compañía.

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