El enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Ismail Uld Cheij Ahmed, ha condenado este lunes el ataque ejecutado durante la jornada contra un edificio de la ONU en la localidad saudí de Dahrhan al Janub. "Es especialmente trágico que este ataque haya tenido lugar en un momento en el que pedimos que se restaure el alto el fuego", ha dicho Cheij Ahmed en su comunicado.
"El edificio atacado debe alojar al comité que supervisará el cese de hostilidades e informar sobre las violaciones", ha indicado, resaltando que "la ONU mantiene una presencia regular en el edificio, por lo que el incidente no es un signo de buena fe".
Por ello, ha pedido a los rebeldes hutíes y al Congreso General del Pueblo, el partido del expresidente Alí Abdulá Salé, que se comprometan a participar en los trabajos de este comité.
"Va en interés de ambas partes en conflicto comprometerse con el rápido reinicio de un alto el fuego duradero en los próximos días y semanas. La mejora de la situación de seguridad abrirá espacio para un diálogo renovado", ha subrayado.
Arabia Saudita lidera la Coalición Árabe que apoya al Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, reconocido por la comunidad internacional, en su lucha contra los hutíes y las fuerzas leales a Salé.
Por su parte, Fahd Al-Shamrani, un miembro de las fuerzas armadas saudíes que trabaja en la seguridad del edificio, sufrió múltiples heridas en el ataque, informó la Agencia de Prensa Saudita. El soldado fue trasladado al Hospital Dhahran Al-Janoob.
Según informa el diario Saudi Gazette, el cohete Katyusha, disparado por las milicias hutíes, causó daños en la parte frontal del edificio y la zona de recepción.
Varios coches pertenecientes a la misión de la ONU, así como a los funcionarios y los ciudadanos también resultaron dañados.
La semana pasada, el coordinador humanitario de Naciones Unidas para Yemen, Jamie McGoldrick, cifró en 10.000 el número de civiles muertos a causa del conflicto en el país, agregando que otros 40.000 civiles han resultado heridos.
