viernes. 29.03.2024

Al Ahmed Al Sorori, un niño de 14 años, se escapó de casa en Saná, capital de Yemen, y su madre pensó que había regresado a la aldea de la familia a 100 kilómetros de distancia, pero cuando la mujer volvió a tener noticias de su hijo fue cuando le entregaron su cuerpo dos semanas después.

Ahmed había sido llamado a las filas de los combatientes rebeldes hutíes y enviado al frente de batalla en Taez, donde resultó muerto en julio, según informa el diario The National.

Al igual que un número cada vez más creciente de menores yemeníes, el adolescente se había convertido en uno de los niños soldados del país y obligado a combatir en un conflicto que ha dejado a cientos de niños fallecidos.

Casi un tercio de los combatientes de los grupos armados involucrados en el conflicto de Yemen son menores de 18 años, según la ONU. Los hutíes, que tomaron la capital hace más de un año, son responsables de la gran mayoría de los reclutamientos de menores.

"Ahmed se unió a la batalla junto a sus amigos, que lo engañaron y que son responsables de su muerte", declaró al diario Ghazal, la madre del menor.

"Cuando los amigos de Ahmed me entregaron su cadáver, me dijeron que era un mártir. Les grité que me dejaran sola con su cuerpo. Los amigos de mi hijo no entrarán en mi casa de nuevo", agregó.

"Yo no sabía que marchó a Taez. Pensé que había ido a nuestro pueblo en Dhamar", explicó la afligida mujer.

A la semana de su desaparición, los amigos de Ahmed le informaron que había sido enviado a Taez por los hutíes. Aunque la madre intentó traerlo de vuelta, no lo pudo encontrar. "Nadie me dijo cómo se unió a la guerra", añadió.

Ghazal, que tiene tres hijas y cinco hijos, perdió a su esposo hace 10 años. La mujer manifestó que se había esforzado para evitar que Ahmed fuera persuadido por sus amigos y se uniese a los hutíes.

Desde 2013, ha habido un gran aumento en el reclutamiento y la utilización de niños por grupos armados de Yemen. Según un informe de la Unicef ​​en agosto, 377 niños entre las edades de 9 y 17 años se habían reclutado para la guerra durante 2015. La cifra supone más del doble de los 156 niños soldados reclutados en 2014 de acuerdo a la ONU, la gran mayoría se encuentran en las filas de los hutíes.

Los rebeldes apoyados por Irán, que provienen de la provincia de Sadaa en el norte, publican muchas fotos de los chicos en los puestos de control en Saná después de que derrocasen al gobierno internacionalmente reconocido de la capital en septiembre del año pasado. Muchos se podían ver montando en vehículos blindados y custodiando los edificios gubernamentales incautados, dijo Unicef. En mayo, Human Rights Watch también solicitó a los hutíes que dejaran de involucrar a los niños en el conflicto.

Los niños soldados, según los informes, reciben salarios, aunque no está claro si es en la misma escala que los adultos. El gobierno de Yemen, que está actualmente en Adén, suscribió un plan de acción de la ONU en 2014 para poner fin al reclutamiento de niños en grupos armados. Pero meses más tarde, después de la toma del poder por parte de los hutíes la práctica aumentó de forma pronunciada.

Bajo la ley yemení, el servicio militar sólo puede comenzar a los 18 años. Las leyes internacionales establecen que la utilización de niños menores de 15 años en una zona de conflicto es un crimen de guerra.

Ali Al Dhafeeri está en esa categoría. Tiene 13 años y se encuentra en un puesto de control de la Policía en College Street en Saná, va armado con una Kalshnikov y procede a inspeccionar los coches que pasan. El menor anunció que se había unido a los rebeldes hutíes en abril, a petición de su padre, que también se registró.

El muchacho reveló que aún no había usado su arma, pero estaba preparado para hacerlo si llegaba el momento. Junto con otros miembros de su familia, el niño manifestó que estaba "protegiendo a su país de Al Qaeda y de los miembros de ISIL, y lo consideramos como una especie de deber nacional".

Ali, originario de la provincia de Al Mihweet, dejó de ir a la escuela hace dos años. "No hay ninguna ventaja en estudiar. Nuestro país necesita hombres para protegerlo, no personas educadas", alegó mientras masticaba el qat, una hoja narcótica popular en Yemen.

Jamal Al Shami, presidente de la Escuela de la Democracia, una ONG con sede en Saná, dijo que no sólo los hutíes utilizaban a los niños soldados. En la ciudad de Taez, que se encuentra en primera línea en el conflicto, testigos aseguraron que los combatientes que resisten a los hutíes también estaban usando a los niños en los puestos de control.

"Los niños aún no pueden diferenciar lo bueno y lo malo", dijo Al Shami, quien pidió a los padres se aseguraran de que sus hijos no estaban siendo reclutados para el conflicto.

Los niños soldados de Yemen
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