Varios jefes tribales en Arabia Saudí denunciaron que el dinero de sangre que algunas familias exigen para indultar al asesino convicto de sus familiares está alcanzando cifras "exorbitantes" y agregó que este modus operandi "nunca en el pasado ha sido una práctica tribal".
El jefe de la tribu de Bin Kabeer, Sheikh Othman Suwaied, manifestó que "Dios ha decretado la ejecución de asesinos, que es el derecho de la víctima, para disuadir el comportamiento destructivo en la sociedad".
"Sin embargo, aquellos que exigen grandes cantidades de dinero de sangre están creando una gran carga para los familiares del asesino, obligándolos a recurrir a la ayuda de filántropos", aseguró el líder tribal.
Señaló que esto a su vez podría alentar a algunas personas a cometer un asesinato, sabiendo que ya alguien se encargaría de pagar su dinero de sangre.
El jefe de Baidhan tribu de Baha, Al-Atiyah Soghayer, pidió la aplicación de las directrices del Custodio de las Mezquitas Sagradas respecto a la reconciliación y el perdón y que debe fijarse una cuota razonable del precio de sangre.
"Los filántropos que contribuyen a pagar el precio de sangre que están pagando de su Zakat (limosna o donaciones caritativas de los musulmanes para aliviar las dificultades económicas de otros musulmanes y eliminar la desigualdad) al que se podría dar un mejor uso, y en beneficio de los más necesitados", declaró Al-Atiyah Soghayer.
Pidió a las familias de las víctimas que perdonen a los asesinos y busquen la recompensa de Dios.
El jefe del Comité de Atención a Prisioneros y miembro del Comité de Conciliación, el jeque Abdulaziz Bin Raqoosh, dijo que el perdón está alentado por el Islam y la sociedad debe cumplir con tales enseñanzas.
"Los organismos oficiales han establecido comités de conciliación en los tribunales de todo el Reino. Estos comités están bajo la supervisión directa de los emires de las provincias y gobernaciones y tuvieron éxito en la solución de muchos conflictos a través de la reconciliación", expresó el jefe del comité.
Añadió que "las vidas humanas no deben ser objeto de comercio con moneda porque el valor de un ser humano es mucho mayor que cualquier cantidad pagada en dinero de sangre".
