Turquía sufrió el pasado viernes un intento de golpe militar que puso contra las cuerdas durante varias horas al Gobierno democrático y al presidente Recep Tayyip Erdogan, que llamó al pueblo turco a salir "a las plazas" para resistir ante los soldados rebeldes, al igual que todos los partidos de la oposición, lo que sacó a miles de personas a las calles hasta hacer fracasar el levantamiento, según publicó la rtve.
El Servicio de Inteligencia de Turquía (MIT) dió por fracasada la intentona golpista en torno a las 2:30 horas del sábado (hora local en Turquía), aunque indicó que aún quedaban algunas bolsas de resistencia por parte de los militares rebeldes.
El Parlamento turco en Ankara, la capital del país, fue blanco de varios proyectiles lanzados desde aviones de los rebeldes, cuando el golpe ya se consideraba fallido. En total, según los medios locales, ha habido hasta sesenta muertos y un centenar de heridos por la asonada.
Por su parte, el primer ministro turco, Binali Yildrim, aseguró que la situación está bajo control y que los principales cabecillas del levantamiento han sido arrestados.
Las cadenas de televisión turcas mostraron imágenes de los ciudadanos celebrando el final del golpe y de soldados detenidos por agentes de la policía.
Los periodistas de la propia televisión pública TRT, que fue tomada por los sublevados y cesó su emisión durante varias horas, aparecieron dando rienda suelta a su alegría cuando la cadena pública ha vuelto al aire.
El golpe tuvo lugar a última hora del pasado viernes con unos movimientos de tropas tanto en Estambul, donde unidades militares cerraron los puentes que cruzan el Bósforo, como en Ankara, la capital del país, donde varios cazas sobrevolaron a baja altura y se escucharon disparos en torno al cuartel central del Estado Mayor, que fue asaltado por los militares rebeldes hasta conseguir tomar como rehén al jefe del Estado Mayor, el general Hulusi Akar, quien fue liberado horas después.
Después de un período de confusión, los militares rebeldes emitieron un comunicado en el que aseguraban haber tomado el control del país: "El Ejército se ha hecho cargo de la administración totalmente para restaurar la democracia. Todos los acuerdos internacionales seguirán vigentes. Esperamos mantener nuestras buenas relaciones con todos los países".
Los soldados rebeldes tomaron algunos edificios e instituciones clave, en especial aeropuertos, como el Atatürk de Estambul, y la televisión pública TRT, que emitió otro comunicado militar en el que se informaba de la imposición del toque de queda y la ley marcial en todo el país antes de irse a negro.
