viernes. 29.03.2024

Los migrantes llegan cada vez más numerosos en el crudo invierno a las costas italianas, ya que temen que Europa cierre la ruta marítima a través de Libia pero, sobre todo, huyen de las infernales condiciones imperantes en ese país norafricano. Más de 2.700 personas rescatadas la pasada semana en el Mediterráneo llegaron a Italia, para un total de 12.000 en lo que va de 2017, lo que corresponde a un incremento del 30 al 40 por ciento con respecto a 2015 y 2016.

Entre los desembarcados figura un bebé que nació en una embarcación noruega que rescató a la madre. La travesía en este período del año es peligrosa debido a las tormentas y el frío del invierno y las Naciones Unidas han registrado en lo que va del año unos 350 muertos o desaparecidos en el Mediterráneo, convertido en un cementerio para los migrantes. Setenta y cuatro cadáveres fueron descubiertos la semana pasada en una playa cerca de Trípoli, la capital de Libia.

"El aumento de las llegadas (a Italia) se debe probablemente al hecho de que las condiciones de vida son cada vez más peligrosas en Libia", sostiene Flavio Di Giacomo, portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Un corresponsal de la AFP a bordo del "Golfo Azzurro", un barco de rescate de la ONG española Proactiva Open Arms, reunió esta semana el testimonio del sufrimiento de muchos africanos que escapan de Libia. "Nos golpeaban todos los días y nos suspendían con cuerdas con la cabeza para abajo. No es fácil, todos los días muere alguien", contó Sairon Kamara, de Guinea.

Otro emigrante también de Guinea, Mamadu Bari, describió los malos tratos recibidos por parte de los traficantes, los cuales los obligaban a llamar a familiares para pedir más dinero por la travesía. "Tras marcar el número de teléfono nos golpeaban repetidamente, golpeaban y golpeaban hasta que uno se desmayaba, así los padres oyen cómo lloras y sufres", contó.

"Libia es un infierno (...). Nos tratan como mercancía", lamentó Griselle, proveniente de Guinea-Bissau, quien mostró las quemaduras dejadas por las colillas de cigarrillo con las que lo torturaban. El muchacho vio morir de hambre o por las golpizas a unas 15 personas, confesó.

La semana pasada, 13 migrantes fueron encontrados muertos asfixiados en un contenedor donde permanecieron encerrados cuatro días esperando embarcar.

No todos sueñan con emigrar a Europa, muchos solo quieren huir de la pesadilla que viven en Libia. La embarcación "Aquarius", fletada por las oenegés SOS Mediterráneo y Médicos Sin Fronteras (MSF), rescató la semana pasada un grupo de 75 bangladies que tras trabajar cuatro años en Libia decidieron huir de la violencia que azota ese país, sumido en el caos seis años después de la caída de Muamar Kadafi en 2011, con dos autoridades rivales que se disputan el poder.

Los contrabandistas africanos , además, aprovechan la política europea de cerrar fronteras y combatir el tráfico de personas para convencer a los migrantes a partir lo más rápidamente posible. Italia y Libia firmaron a principios de febrero un acuerdo para detener el flujo de migrantes, con el apoyo de la Unión Europea.

Italia se comprometió a formar a los guardacostas libios y a proporcionar lanchas y equipos especiales. "Los contrabandistas les aseguran que en pocos meses los libios se encargarán de socorrer los barcos de migrantes y que todos serán devueltos a Libia. Es lo último que desean, por lo que deciden partir de inmediato", explicó Di Giacomo.

Miles de migrantes que huyen de la violencia en Libia llegan a Italia
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