sábado. 27.04.2024

El atentado que este sábado dejó 51 muertos en una boda kurda en el sur de Turquía, fue ejecutado por un chico de entre 12 y 14 años. Esta nueva información la entregó sorpresivamente este domingo ante periodistas de todo el mundo el presidente Recep Tayyip Erdogan.

Los primeros indicios apuntan a una autoría del grupo yihadista Daesh. Sin embargo, la milicia terrorista no reivindicó por ahora el atentado. El atentado de Gaziantep es obra de “un kamikaze de entre 12 y 14 años que se hizo estallar, o bien llevaba explosivos detonados a distancia”, declaró Erdogan.

El ataque tuvo lugar la noche del sábado durante la celebración de una boda que se festejaba en Gaziantep, en plena calle, en el barrio de Beybahce, donde viven kurdos llegados desde las provincias del sudoeste del país.

Según informa la agencia EFE, además de los muertos, entre los que hay muchos chicos, también fueron heridas al menos 69 personas. Por el momento no está claro si el menor se inmoló o si los explosivos que portaba fueron detonados por control remoto. Lo que sí todos concuerdan es que la explosión se produjo cuando toda la gente estaba bailando.

El líder del partido opositor prokurdo HDP, Selahattin Demirtas, aseguró que el objetivo del atentado eran ciudadanos kurdos y el novio, miembro de esa agrupación política. Según los medios, los novios sobrevivieron aunque están heridos. La novia Besna Akdogan está muy conmocionada y se desmayó varias veces. “Han convertido mi boda en un baño de sangre”, declaró a la agencia de prensa Anadolu.

Los miembros de emergencia que llegaron al lugar poco después en decenas de ambulancias describieron escenas apocalípticas. En el suelo y contra los muros, en un trayecto de varios metros, se veían proyectados y esparcidos sangre y partes de cuerpos humanos entre escombros.

El asfalto quedó sembrado de cadáveres, entre ellos muchas mujeres y niños, con muchas personas gritando alrededor, presas del dolor, la desesperación y el terror.

Ayer centenares de ciudadanos asistieron a los funerales de las víctimas, cuyos ataúdes fueron envueltos en telas verdes, el color del Islam. Pero no todos los muertos serán sepultados en las próximas horas tal como prescribe la religión islámica. Decenas de personas despedazadas por la deflagración no fueron todavía identificadas y se deberán hacer exámenes de ADN para lograrlo.

En su comunicado, Erdogan dejó claro que considera que libra una guerra contra el terrorismo en tres frentes y no hizo diferencia entre el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el movimiento del clérigo islamista Fethullah Gülen (al que responsabiliza de la reciente intentona golpista) y al Daesh, presuntos autores del atentado.

Durante el último año, Turquía se vio sacudida por una serie de ataques, algunos contra militares protagonizados por los rebeldes kurdos, pero otros contra la población civil que ejecutaron terroristas del ISIS. El más grave fue el de finales de junio contra el aeropuerto de Estambul, que dejó más de 40 personas muertas.

Este nuevo atentado parece escalar el enfrentamiento de Turquía con la banda terrorista. El ataque en el aeropuerto se produjo después de que Ankara cerrara la frontera cortando las vías de aprovisionamiento de la organización fundamentalista. En esa línea se analiza el atentado de este sábado que sucede después de que Turquía rearmara su relación con Rusia y con Irán, enemigos del Daesh. En el pasado el grupo tuvo una relación no confrontativa con Turquía que lo dejó crecer para que golpeara a milicias kurdas en Siria.

La provincia de Gaziantep se encuentra cerca de la frontera con Siria, país inmerso en una guerra civil, que enfrenta a grupos rebeldes con el Gobierno de Bashar al Assad. En ese marco, tanto el Daesh como las Unidades de Protección Popular Kurdas (YPG) controlan amplias partes del norte de Siria, en la frontera con Turquía.

Un suicida de entre 12 y 14 años cometió el atentado de la boda en el sur de Turquía
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