(Texto: Amelia Cruzado. Fotos: EL CORREO) Nicolás Díaz Cano es un granaíno de Salar de 27 años que lleva en el alma la guitarra. Una pasión que le impulsó a dejar su trabajo en el aeropuerto de Málaga e intentar abrirse camino en Emiratos Árabes Unidos.
Nicolás Díaz toca la guitarra en Jumeirah Town Center durante el mercado Marketeerzz.Ya ha subido a su primer escenario en Dubai, concretamente al del restaurante Izel, situado en el emblemático hotel Conrad, uno de los más prestigiosos de la ciudad. Allí cantó y tocó la guitarra en el que fue su primer concierto oficial en Emiratos. El público se mostró encantado con la actuación.
Su pasión es el flamenco, las bulerías y los tangos. Y agarrado a esos toques y a esos cantes está empeñado en subir cada vez a escenarios más elevados. Arte y ganas no le faltan.
El joven llegó a Dubai en el mes de abril, ya entrada la primavera. Y cuando se enteró de que el restaurante Izel buscaba personal mandó su currículum. Lo llamaron prácticamente al instante. Fue su primer éxito en tierras del Golfo: hacerse con la plataforma que le sirve para caminar por la senda de la música profesional, su verdadera meta.
"Saber inglés resultó determinante, buscaban personal hispano para puestos de camareros y cocineros en el restaurante", asegura Nicolás, que ya había pasado anteriormente por dos experiencias laborales en el extranjero. "Fui personal de cabina en Ryanair, con base en Bélgica, y estuve un tiempo de camarero en Inglaterra, pero prefiero el calor de Dubai a los fríos de la Europa del norte", añade.
Aterrizar en Emiratos Árabes con su guitarra fue un sueño alcanzado. Para el desplazamiento, la empresa para la que actualmente trabaja le proporcionó el billete de avión. Además, su contrato incluye la casa y la comida. Vive en un apartamento en Jebel Ali que comparte con otro camarero andaluz, concretamente de Jaén.
El arte flamenco corre por las venas del granaíno Nicolás Díaz."Aquí ahorro todos los meses alrededor de 500 euros, porque aunque el sueldo no es muy alto, los gastos principales los tengo cubiertos; en España, en el aeropuerto de Málaga, tenía el salario mínimo, que no llega a los 650 euros, y no me alcanzaba para nada", señala.
Y es que Nicolás, que ha cursado estudios en la Universidad de Granada, quiere ser artista. Siente verdadera pasión por la guitarra y ese amor es lo que le ha impulsado a venir tan lejos. Tiene a su favor que en los países árabes la guitarra española y el buen cante son muy admirados, la gente lo escucha con verdadera devoción. Ahora, tras dar al frente el primer paso, su objetivo lo tiene más claro que nunca: que el público se enamore de su arte.
