martes. 19.03.2024

Mindfulness

"¡Nada mejor que empezar el día sumergida en un atasco de tráfico! Intento controlarme y no reaccionar exageradamente, y en ese mismo instante recuerdo lo que siempre me recomienda mi amiga Agus en estos casos: poner en practica el tan traído y llevado Mindfulness"
Atascos de tráfico en el Financial Center de Dubai. (EL CORREO)

¡Oh, My Gosh! ¡Nada mejor que empezar el día sumergida en un atasco de tráfico! Intento controlarme y no reaccionar exageradamente, y en ese mismo instante recuerdo lo que siempre me recomienda mi amiga Agus en estos casos: poner en practica el tan traído y llevado Mindfulness. Así que, ni corta ni perezosa, y tras echarle un vistazo de nuevo al tráfico que me rodea, me propongo recordar alguno de los pasos de este particular y, al parecer, exitoso método de relajación. Consiste en prestar atención al momento presente (súper atasco de tráfico) de forma intencionada y sin juzgar (no comment). ¡A ver si lo consigo!, dicho así suena como pan comido. Pero la cosa se complica cuando recuerdo que hay que respirar con el diafragma de una manera lenta y pausada desde el estómago. Respirar con el diafragma y el cinturón de seguridad puesto, en mi caso. “Camelia, tú puedes con esto”, me digo en voz alta para convencerme. Y de esta manera empiezo a concentrarme en el aire que se proyecta hacia el estómago tras inspirarlo por la nariz y expulsarlo por la boca, o al revés. Todo esto con los ojos muy abiertos claro (manos al volante, of course) y alguna que otra convulsión extraña que se me debe escapar a juzgar por la cara atónita que me dedican los conductores que me rodean en el atasco. Veo a alguien que hace amago de bajar la ventanilla y comprobar que no he roto aguas, por poner un ejemplo. Dicho sea de paso, no estoy embarazada. Y justo entonces empiezo a enlazar pensamientos, que es una cosa muy Mindfulness: recuerdo el comentario de aquella amiguita de mi hija hace unos días: “Do you have a baby in your tummy?“. Un encanto de niña, la verdad, ¡para comérsela!, yo que me lo como todo últimamente. Mindfulness, Mindfulness!!!!

Mientras sigo respirando o resoplando, sonrío al conductor que aparece por mi izquierda mientras alzo mi pulgar en señal de que todo está controlado. El señor me sigue mirando por el rabillo del ojo y puedo adivinar a través de su forzada sonrisa, que me imagina con camisa de fuerza. Pero bueno, de esta guisa poco a poco y tras avanzar unos metros en la procesión del día, noto que centrarme en la respiración me ayuda a sentirme un poco mejor y a controlar mis instintos de no bajarme de mi Nissan Sunny y empezar a caminar por el arcén. Bad option! La magia del Mindfulness sigue serpenteando por mi oxigenado cerebro. En el momento en el que los coches a mi alrededor comienzan a avanzar un poquito más rápido, recuerdo como era mi particular Mindfulness de los años 80.

Supongo que cada cual tendría el suyo. Yo buscaba la tranquilidad en las iglesias. Y sin que sirva de ofensa o mal interpretación, no iba allí para rezar. Escogía siempre algún momento de la mañana, cuando no se celebraba misa y el templo rezumaba más paz y silencio que nunca. ¡Una gozada! El contraste de traspasar la puerta de una iglesia o una catedral y dejar tras de ti el ruido y el barullo de la ciudad para sumergirte en un mar de inmaculado silencio… no tiene precio. Mi compañera de radio y sin embargo amiga Elena fue mi socia de aquel singular Mindfulness de los 80. ¡Lo tendríamos que haber patentado, Elenita!

Y en estos recuerdos estoy, cuando el claxon del tanque que viene por detrás me saca de mi abstracción. Digo tanque, porque desde mi Sunny todos los demás coches se me antojan enormes, debe ser deformación de la realidad, como dice mi amiga Berta, creo que sin mala intención. ¡¡¡Pero que alegría!!! Parece que nos movemos. Efectivamente la circulación por Sheikh Zayed Road tiende a normalizarse y yo con ella. Me vengo arriba y pongo la radio. Virgin Radio y mi querido Kris Fade, no hay nadie como él para levantarte el ánimo por la mañana. Suenan los acordes de 'Des-pai-si-ttouu' y al presentarla el famoso Dj de la radio, reparo que no hay manera para los angloparlantes de pronunciar correctamente el éxito de Luis Fonsi. ¡Y mira que lo intentan! Y con este nuevo pensamiento “pasito a pasito y suave suavecito, nos vamos moviendo poquito a poquito“ en la carretera. Y yo como siempre pues conduciendo por la derecha, que es algo le molesta mucho a mi marido. Siempre desaprueba desde su asiento de copiloto, eso sí, con una diplomacia ejemplar, el hecho de conducir en los carriles de la derecha, cuando todavía, dice, quedan 10 salidas más hasta llegar a nuestro destino. Cosas de hombres, imagino. Yo tiendo a ignorar el comentario, con mi especial sentido de la diplomacia .Y lo cierto es que debe ser Dubai, pero nunca me he sentido más segura por la derecha como aquí. Ya sabemos que es lenta pero compensa. Por la izquierda, nunca se sabe quién puede venirte por detrás a toda leche y jorobarte el Mindfulness del día. 

Y mejor no seguir Camelia, que te vas por peteneras. En fin, en todas estas divagaciones estoy, cuando ya totalmente 'Mindfulnizada' y lejos de atascos de tráfico y mentales, deparo en un detalle que pone la guinda al día. ¡Acabo de llegar a Happiness Street! Sin atasco a la vista, el sol brilla en el cielo, no llego tarde a mi cita con mi amiga Berta y hasta el conductor que me precede ha usado el intermitente para indicarme que ¡quiere cambiarse de carril!. Esto si que es amazing. ¡Hoy puede ser un gran día!

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