Los cinéfilos colombianos estamos de plácemes, al saber que la película El abrazo de la Serpiente del director Ciro Guerra acaba de ser nominada para los premios Oscar de la Academia de Artes Cinematográficas de Estados Unidos, siendo la única película hispanoamericana en llegar a tal instancia en 2016. El filme colombiano cumple generosamente la premisa de la categoría de película en lengua no inglesa por partida múltiple, pues los personajes hablan en 9 idiomas, contando los lenguajes amazónicos que se escuchan en los diálogos.
El abrazo de la Serpiente ha sido exhibida en diferentes festivales internacionales como el de Dubái, en donde estuvo su director de fotografía, el también colombiano David Guerra. La cinta ha cosechado diversos premios como en el Festival de Cannes, donde se llevó el Art Cinema Award de la Quincena de Realizadores, además de ganar en Lima y Mar del Plata y ser nominada para el Independent Spirit Awards.
Ciro Guerra es un joven pero experimentado director, egresado de la Facultad de Cine de la querida Universidad Nacional de Colombia, antes de iniciar su trayectoria con largometrajes dirigió varios cortos y un documental sobre otro director colombiano, Jairo Pinilla, especialista en el cine de aventura, fantasía y ciencia ficción en los años 70 y 80, un rara avis en la cinematografía nacional.
Guerra en su filmografía cuenta con tres títulos esenciales, en donde el movimiento de los personajes resulta fundamental. La sombra del caminante, Los viajes del viento y El abrazo de la serpiente. Desde hombres que avanzan y retroceden los mismos pasos por las calles del centro de Bogotá, pasando por un acordeón que se desplaza a través de las dunas del desierto de la Guajira y culminando con estos personajes que recorren un río infinito, intentando descubrir los secretos del Amazonas y de la condición humana.
A Ciro Guerra tuve la fortuna de conocerlo en Managua, Nicaragua, en el año 2004, cuando la Embajada de Colombia en ese país organizó un ciclo de cine colombiano y la película que abrió el festival fue La sombra del caminante, su opera prima, otro filme realizado en blanco y negro, sobre una pareja de extraños amigos que sobreviven en las calles de Bogotá. Compartí por varios días con Ciro y con Ignacio Prieto, profesor universitario, antropólogo y actor en la película, quien además le hizo conocer al director un libro que fue el origen de El abrazo de la serpiente.
La sombra del caminante es una cinta compleja en medio de la limitación de recursos de su producción. Diálogos cortos, silencios largos, alguien que seguramente gusta del otro tipo de cine, quien extrañaba el color subido de tono y los parlamentos con chistes efectistas, me decía con cierta frustración e ironía al terminar la proyección en Managua, que la película era de esas que gustaban en festivales como Cannes.
Tenía toda la razón esa persona, el cine de Guerra no es para públicos facilistas y resulta cercano a algunas producciones francesas, en donde el blanco y negro potencian los dramas existenciales de los personajes. Ciro nació en una población del Departamento del Cesar, llamada Río de Oro, la vida le ha permitido que un río, en este caso el Amazonas, le brinde reconocimiento, prestigio y espero que oro también. Pero en la historia de Ciro Guerra y sus películas debe destacarse a la mujer que lo hace posible, Cristina Gallego, su esposa y productora de las cintas.
Cristina también es egresada de cine de la Universidad Nacional y con Ciro crearon Ciudad Lunar Producciones la empresa colombiana que ha dado a la luz estas tres películas, que ya pueden aparecer dentro de lo mejor del cine nacional. Más allá si El abrazo de la serpiente logra o no el premio Oscar, resulta una satisfacción muy grande que ayuda a silenciar a los escépticos propios y le ayuda ampliar el horizonte a los extraños que piensan que el cine latinoamericano se limita a México o Argentina.
Seguro que no será la última vez en que un director colombiano como Ciro Guerra camine por la alfombra roja de Hollywood. Es simplemente la primera toma de una película prometedora titulada “El abrazo del cine colombiano”.
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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera y escritor por vocación. Esta columna de opinión se ha publicado en el blog que el autor lleva con sus apellidos literarios: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/