martes. 19.03.2024

Caminando por Andalucía

"Las calles de cualquier ciudad o pueblo de Andalucía, para un colombiano como quien esto escribe, se reconocen casi como propias"

Las calles de cualquier ciudad o pueblo de Andalucía, para un colombiano como quien esto escribe, se reconocen casi como propias, evocan las empedradas del barrio colonial de la Candelaria en Bogotá, la bella Villa de Leyva en Boyacá, la señorial Popayán, ciudad blanca en Colombia o claro está, la romántica y sin igual Cartagena de Indias, para no hablar de decenas de poblaciones que guardan en sus centros históricos la herencia andaluza.

No solo se percibe la similitud en la arquitectura o el trazado urbano de pueblos y ciudades. Son tantos los nombres andaluces que se repiten en los territorios colombianos, como Sevilla en el Valle del Cauca, en donde también hay un municipio bautizado como Andalucía, pero más pequeño que Sevilla, paradojas del nuevo mundo. Málaga en Santander, Santa Fe que durante mucho tiempo fue la capital del Virreinato de la Nueva Granada (Santa Fe de Bogotá). Aunque si bien tenemos un Departamento llamado Córdoba, no hace referencia a la ciudad española sino a un prócer de la independencia, el General José María Córdoba.

Teatro Romano de Málaga. (Patricia Mogollón)Imposible plasmar en pocas palabras, tantas sensaciones caminando por Andalucía y no repetir los lugares comunes, así evite hablar de la Giralda de Sevilla, la Alcazaba de Málaga y la Mezquita-Catedral de Córdoba, sitios maravillosos, llenos de historia, cultura y belleza, cuya visita se amerita tanto como los Alcázares Reales con sus majestuosos jardines, como lo atestiguan las fotos tomadas por mi esposa Patricia. De Granada no hablaré aquí, porque le dedicaré capítulo aparte, como buen neogranadino, gentilicio que se le daba a los habitantes del Nuevo Reino de Granada, vasto territorio de lo que hoy es Colombia.

La Giralda de Sevilla. (Patricia Mogollón)

En Sevilla destaco la evocación de las ferias internacionales que ha organizado, siendo la mas importante la Exposición Universal de 1992, que significó la proyección mundial de la ciudad. Descubrir en el caso de los colombianos que tenemos quizás la sede más bonita de cualquier consulado nacional, pues funciona en el edificio que fue el pabellón de Colombia en la Exposición Iberoamericana de 1929, tesoro histórico y arquitectónico, en donde se atiende de manera amable y eficiente a los usuarios, como debe ser la constante de las oficinas consulares. No lejos de allí, se encuentra la imponente Plaza de España (imagen superior) en el parque de María Luisa, compendio de aquella feria que unió a Hispanoamérica con el mundo.

Arco del Triunfo Romano de Córdoba. (Patricia Mogollón)Málaga situada entre el mar y la montaña, respira arte, será por la figura de Pablo Picasso que descansa en el parque situado al lado de su casa natal, en donde nos reencontramos con el apreciado y talentoso pintor colombiano Juan Carlos Ospina Ortiz. Quizás el hecho de estar entre montes y el mar Mediterráneo le da al visitante la impresión de estar en una isla, además por las playas y los restaurantes de pescado en el litoral, de una de las ciudades más turísticas de la Costa del Sol.

La Mezquita-Catedral de Córdoba. (Patricia Mogollón)De Córdoba, me quedo con el aroma de flores. Los patios y balcones de las casas, adornados con arreglos florales, perfume colorido que llega a las calles y callejuelas, testigos empedrados del paso de árabes y judíos entre otros pueblos que han dejado huella. Mientras por las construcciones de los antiguos romanos van tranquilos los transeúntes repasando y repisando años de historia. Dan ganas de detenerse un buen rato, tomándose un manchado (café con abundante leche) con buenos amigos o quedándose a vivir, que da lo mismo.

Alcázar de los Reyes Cristianos en Códoba. (Patricia Mogollón)Dejo un consejo de seguridad para las autoridades andaluzas. En estos tiempos nuestros de locura y fanatismo, no sobraría que reforzaran algunos controles, como en los ingresos de la Mezquita-Catedral de Córdoba o en la Catedral de Sevilla al visitar la tumba de los Reyes Católicos. Revisar bolsos y maletas, por ejemplo, pues al menos en el día de nuestra visita no lo noté. El visitante consciente lo entenderá, porque al final se trata de preservar la seguridad de todos, así como la integridad de sitios irremplazables, auténticas maravillas de la humanidad.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin 

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