miércoles. 24.04.2024

Distancia entre A y B (a modo de despedida)

"Me voy con la conciencia tranquila por la misión cumplida y con la natural mezcla de sentimientos entre nostalgia y alegría que caracteriza los viajes de los diplomáticos, esa tribu de sofisticados vagabundos que no tienen derecho a echar raíces en tierra ajena"

Alguna vez en la escuela nos enseñaron sobre dos puntos A y B, que se unían por una línea recta. Era el sencillo inicio de elaboraciones mucho más complejas entre matemáticas y geométricas, que nos servirían para entender un poco mejor las reglas que gobiernan este mundo.

En mi caso, ahora tomo dos puntos, A de Abu Dhabi y B de Bogotá y comienzo a trasegar la invisible línea que los une, desandando los pasos que inicié en compañía de mi esposa Patricia hace cuatro años, cuando llegamos a la grata capital de los Emiratos Árabes Unidos con la misión de ayudar en el establecimiento de la primera Embajada de Colombia en la península arábiga. Luego de estos cuatro años y de las canas que se multiplicaron en mi cabello otrora de color negro, no puedo sino esbozar una sonrisa de satisfacción. Me voy con la conciencia tranquila por la misión cumplida y con la natural mezcla de sentimientos entre nostalgia y alegría que caracteriza los viajes de los diplomáticos, esa tribu de sofisticados vagabundos que no tienen derecho a echar raíces en tierra ajena, porque su árbol natal siempre los reclama.

Abusando de la confianza de los lectores, deseo reservar un espacio para unos agradecimientos personales. En primer lugar, a las directivas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, espacialmente a la Sra. Ministra María Angela Holguín por la confianza depositada, a mis superiores, compañeros y colaboradores de la Embajada de Colombia, a los amigos colombianos y de otras nacionalidades que tuve la fortuna de conocer aquí, como a los colegas diplomáticos y lógicamente a las autoridades, funcionarios y ciudadanos emiratíes con quienes tuve ocasión de compartir. A estos últimos, gracias por su proverbial hospitalidad, tienen la capacidad de hacer sentir al visitante como un familiar en su propia casa.

De igual forma, todo mi agradecimiento al Correo del Golfo por permitirme tener este espacio de opinión, que podría ser muestra de “diplomacia periodística”, pues en los artículos publicados he intentado destacar aspectos positivos y amables de Colombia. A quienes conforman el equipo directivo, humano y técnico del Correo un abrazo sincero, especialmente a su director Rafael Pérez Unquiles, periodista viajero y amigo. A los amables lectores por su paciencia y generosidad al disponer de su tiempo para estas líneas. Espero seguir visitando estas páginas, no como diplomático sino como escritor ocasional en el tiempo libre. Al Correo, medio del cual he sido testigo de su nacimiento y crecimiento, le deseo que goce de buena salud y se multipliquen las buenas noticias de su evolución.

En el colegio nos enseñaron que la línea recta era la distancia más corta entre dos puntos como A y B (Abu Dhabi y Bogotá), pero nunca nos enseñaron que esa línea podía involucrar tantos sentimientos. A todos, especialmente a quienes no pude despedirme de manera personal, un abrazo fuerte e imperecedero. Hasta la próxima, Dios mediante, Insha’Allah.

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Dixon Moya es ministro plenipotenciario de la Embajada de Colombia en Abu Dhabi.

Distancia entre A y B (a modo de despedida)
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