jueves. 02.05.2024

29 de febrero, crónica de un día advenedizo

"Siempre me he preguntado qué harán los que cumplen años durante esta fecha tan particular"
El 29 de febrero es eso, un día lejano y ajeno que llega de visita, un advenedizo que viene de paso y se va. (Fuente externa)
El 29 de febrero es eso, un día lejano y ajeno que llega de visita, un advenedizo que viene de paso y se va. (Fuente externa)
Escribo estas líneas durante un día que es forastero, como aquellos vaqueros enigmáticos, llenos de misterio y silencios, de las películas del oeste, o del oeste italiano, como las de Sergio Leone, mientras una armónica suena de fondo. El 29 de febrero es eso, un día lejano y ajeno que llega de visita, un advenedizo que viene de paso y se va. Algo que no debería existir, pero ahí está, al menos cada cuatro años y en ocasiones se asegura que no lo olvidemos.

Todo porque es año bisiesto, al que temían los abuelos, porque supuestamente ocurrían hechos atroces, calamidades apocalípticas, pero a nuestra generación ya nada nos sorprende ni nos asusta, es decir, qué puede ser peor a las guerras crueles e injustas que vemos en televisión o en redes sociales, sin que nos conmueva el dolor de las víctimas inocentes, como los niños, las pandemias de las cuales no aprendimos nada y un cambio climático que sigue probándonos que no es una invención de científicos alarmistas o escritores de ciencia-ficción demasiado imaginativos, sino que se trata de un Armagedón en cámara lenta, que en ocasiones se acelera y todo con nuestra cómplice actitud. Todo eso ocurre cada día y no es necesario que sea bisiesto.

Siempre me he preguntado qué harán los que cumplen años durante esta fecha tan particular, si les dan regalos cada cuatro años, con la compensación que pueden quitarse todos los años que quieran. Por ejemplo, mi esposa Patricia, me informa que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, está cumpliendo 52, así que puede decir que son 13, para que sus contradictores políticos, lo traten con cariño, al menos hoy día, aunque no creo. Es posiblemente el único líder mundial que haya nacido en esta fecha y considerando que los presidentes no tienen mucho tiempo en su agenda, pues resulta conveniente que los celebre cada cuatro años, como si fuera una legislación nueva.

El compositor Gioachino Rossini, también nació un día como hoy, y ocurrieron algunos acontecimientos destacados como en 1940, cuando la película Lo que el Viento se Llevó, se llevó 8 premios Óscar, incluido el de la primera persona afroamericana, la actriz Hattie McDaniel, un hito para celebrar, aunque en la ceremonia de premiación a la actriz la sentaran aparte del resto del equipo y de sus colegas blancos. Estados Unidos y los Talibanes en 2020, firmaron un acuerdo de paz y aunque la paz siempre es buena noticia, mejor no mirar como está Afganistán en este momento, especialmente por la condición de sus mujeres y niñas.

Decía Andrés Osorio, editor de El Espectador, que el 29 de febrero debería ser festivo, parafraseando a otro reflexivo de las redes sociales, estoy completamente de acuerdo con los dos, si es un día que no debería existir, lo podemos obviar de la mejor manera, pintándolo de rojo en el calendario, aunque como esto sucede cada cuatro años, ignoro si nos acordaremos en el 2028, o incluso si estaremos por aquí todavía.

En cualquier caso que al menos si el 29 de febrero no es declarado feriado oficial, que sea leve (esto lo leerán en el futuro, pero lo escribo antes de que haya acabado el día) y que los pocos o muchos cumpleañeros como Don Pedro, aprovechen para celebrarlo de manera contundente, porque sólo en cuatro años tienen derecho a ser felicitados de nuevo.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter (a ratos muy escasos) trina como @dixonmedellin.

29 de febrero, crónica de un día advenedizo
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