jueves. 09.05.2024

Alci Acosta, voz, piano y el despecho tropical

Logró la cumbre de su trayectoria en los años setenta, cuando al lado de dos grandes cantantes ecuatorianos, Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas, se convirtieron en una especie de trinidad de lo que ahora se llama música popular
El Maestro Alci Acosta ha conquistado con sus boleros a millones de corazones. (Fuente externa)
El Maestro Alci Acosta ha conquistado con sus boleros a millones de corazones. (Fuente externa)

Hay cantantes colombianos que trascienden los tiempos y fronteras, hasta límites inimaginables, un ejemplo de ello, es el Maestro Alci Acosta, quien se inició como pianista en orquestas tropicales y luego conquistó a los seguidores del bolero y del despecho arrabalero con una voz muy particular, siendo pionero de la llamada “música popular”, que millones de personas han escuchado en el mundo, incluso sin saber quien era su intérprete.

Alci Acosta nació en Soledad, municipio caribeño que actualmente se confunde con el área metropolitana de Barranquilla. Su nombre completo es Alcibiades Alfonso Acosta Cervantes, cuenta apenas con 83 años y siendo muy joven inició una carrera artística que lleva 65 años de éxitos, siendo ídolo, no sólo en Colombia, sino en otros países latinoamericanos como Ecuador, Perú y los de Centroamérica. Pero incluso sus canciones se han escuchado en escenarios insospechados, como ser parte de la banda sonora de la película “Kiss of Death”, cinta policíaca de Barbet Schroeder con Nicolas Cage, Samuel L. Jackson y David Caruso.

Alci Acosta logró la cumbre de su trayectoria, en los años setenta, cuando al lado de dos grandes cantantes ecuatorianos Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas, se convirtieron en una especie de trinidad de lo que ahora se llama música popular, una mezcla entre bolero, ritmos folclóricos, con temática de despecho, de canciones tristes que narraban tragedias, perfectas para escuchar con un aguardiente en una taberna. Alci Acosta se convirtió en el rey de la rockola, porque era el preferido en los locales en donde existían esas máquinas que permitían escuchar música a cambio de monedas.

Alci Acosta, en un cartel promocional durante su juventud.
Alci Acosta, en un cartel promocional durante una de sus épocas doradas.

Aquí hago una confesión, la única vez que me emborraché en la vida, siendo un joven estudiante universitario, fue escuchando con dos amigos, canciones de esos tres señores, ya para esa época, Alci Acosta nos parecía un hombre mayor. No sé si fue la mala experiencia con el licor y con la música popular, que ninguna entró en mis gustos particulares, es decir, me puedo tomar un par de cervezas o de copas esporádicamente, así como escuchar un par de canciones de ese estilo, pero no me da tanto la emoción como para experiencias de mayor duración en los dos ámbitos, pero no es óbice para hacer un reconocimiento a un artista tan consistente y persistente como Alci Acosta.

El cantante soledeño intentó cambiar de estilo y género, de hecho, en su extensa carrera ha cantado otro tipo de ritmos como vallenato, pero su público siempre le ha exigido que interprete sus temas clásicos y trágicos. Un hombre muy estable en su vida privada, no ha sido parrandero, estableció un bonito hogar con su esposa, la Señora Ruth Agudelo, a quien el Maestro Alci le decía cariñosamente la niña Ruth, con quien estuvo casado durante más de 50 años, hasta que la pandemia del Covid-19 se la llevó. El cantante nunca se fue de Soledad, en donde tiene su residencia, siendo querido y respetado por sus paisanos.

El Maestro Acosta (aclaro que no tengo el honor de tener relación familiar con él) ha lanzado un disco este año titulado “Adiós Escenarios”, que es su carta de despedida y no porque le vaya mal con sus presentaciones, por el contrario, sigue siendo uno de los artistas más solicitados en ferias y fiestas a lo largo y ancho de Colombia y no faltan sus conciertos en el extranjero, pero comprensiblemente desea descansar y pasar los últimos años con su familia. Uno de sus hijos, es el conocido intérprete de cumbias, “Checo” Acosta, quien también ha cosechado grandes éxitos en el país. 

Quienes no identifiquen al inigualable Alci Acosta, los invito a que lo hagan, es probable que descubran que sí lo habían escuchado en alguna ocasión, sin conocer su nombre. Canciones como “La copa rota”, “El último beso”, “La cárcel de Sing Sing”, “No renunciaré”, “Tango negro”, “Amor gitano”, “Qué triste navidad” y muchas más. Ahora bien, mis favoritas en la voz de Alci Acosta, son “Traicionera” del compositor colombiano Jaime R. Echavarría y “Si hoy fuera ayer” del también colombiano Edmundo Dante Arias, un autor que a pesar de tener decenas de bellas composiciones ha caído en el olvido.

Para que no se olvide al intérprete de estas melodías, aquí las pueden apreciar:

Gracias por la música, Maestro Alci Acosta, disfrute su jubilación que no será su retiro, porque los artistas como usted, nunca se retiran, simplemente descansan por temporadas.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin 

Alci Acosta, voz, piano y el despecho tropical