Cuando se haga el balance de las noticias destacadas de este año 2023, que pronto nos dejará, seguramente la mayoría de los titulares será negativos, tristes, crueles, sin asomo de dignidad humana, por cuenta de los conflictos, cuyos tambores de guerra, siguen atronando en el mundo. Hoy vamos a destacar una historia que al final fue bonita y que tuvo como uno de sus protagonistas a un perro colombiano llamado Wilson.
Posiblemente una de las pocas noticias positivas que estremeció al mundo durante este año fue la odisea y posterior rescate de Lesly, Soleiny, Tien Noriel y Cristin, 4 niños indígenas colombianos, quienes luego de sobrevivir a un accidente aéreo de la avioneta que los transportaba y en el cual murieron los adultos, incluyendo a su señora madre, estuvieron extraviados durante 40 días. Los primeros héroes de esta historia fueron justamente los niños, especialmente Lesly, la valiente jovencita de 13 años, quien se encargó de proteger a sus hermanitos.
Desde el momento del accidente, se conformó una fuerza especial de búsqueda, comandada por el general Pedro Sánchez, un grupo entre militares e indígenas, en una experiencia de cooperación y solidaridad exitosa. La historia, como era de esperarse, ya inspiró obras escritas y audiovisuales, varios libros en imprenta, uno de ellos, “Los Niños del Amazonas” del reconocido periodista colombiano Daniel Coronell y se anuncian serie de televisión y películas.
Wilson, fue uno de los perros guía que fueron enviados a la selva, con sus entrenadores, en el marco de la “Operación Esperanza”, que pudo ubicar a los niños extraviados. Wilson era un pastor belga malinois al servicio del comando de rescatistas del Ejército Nacional de Colombia y se le considera un soldado canino de la fuerza, compañero de su guía y entrenador Cristian David Cuaran. Wilson fue determinante para el hallazgo de los niños, quienes manifestaron que el perro los ubicó, estuvo con ellos por momentos, yendo y viniendo, seguramente para traer al grupo de rescatistas y en ese proceso que es tan peligroso y complejo en medio de la selva, Wilson no volvió a aparecer. Luego de rescatados los niños, se iniciaron labores de búsqueda del perro, pero resultaron infructuosas, declarándolo desaparecido.
Los indígenas mantienen la teoría que para lograr el rescate de los niños, Wilson tuvo que sacrificarse, intercambiándose por un espíritu de la selva. Los compañeros humanos de Wilson, creen que sufrió de un bloqueo emocional, por las duras condiciones del terreno y porque estaba estresado con las tormentas y los ruidos fuertes de los truenos. En una ceremonia en el Palacio de Nariño, sede presidencial de Colombia, se le concedió una condecoración simbólica a Drugia, la madre de Wilson, quien también sirve como perra rescatista del Ejército Nacional.
La historia de Wilson me hizo recordar la de una serie de televisión estadounidense “Corre, Joe, Corre” (1974), que era la versión canina del clásico, “El Fugitivo” serie de los años 60, convertida luego en película con Harrison Ford. Joe, era un perro de las fuerzas especiales, acusado de un crimen que no cometió y que en cada capítulo huía de su entrenador, quien sólo deseaba rescatarlo, pues la situación se había aclarado, pero mientras huía, Joe ayudaba a otras personas, gracias a su entrenamiento. Un argumento triste, pero además, rematado con un final inconcluso, pues la serie se canceló y el entrenador nunca pudo encontrar a Joe. Un poco, como le pasó a Wilson, que jamás fue hallado.
No sabemos, si Wilson seguirá en la selva, en el cielo de los perros o como aseguran los chamanes indígenas, en otra dimensión. En cualquier caso, Wilson siempre será recordado, pues ha sido inaugurado su propio monumento conmemorativo, una escultura que lo inmortalizará como otro de los comandos que han entregado su vida por los demás.
Wilson vivirá en la memoria de los colombianos, especialmente de aquellos cuatro niños que un día se lo encontraron en plena selva.
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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/ En Twitter (a ratos muy escasos) trina como @dixonmedellin.