viernes. 29.03.2024

Esos ojos negros

Nunca me he podido resistir a unos ojos negros. Saben, esos ojos negros que miran con intensidad, con profundidad. Esos ojos negros fijos en cualquier sofá blanco de cualquier bar. Los tuve delante mío hace unos días, en un lugar casi desconocido de la Cataluña interior, y no pude resistirme a su fuerza. Supongo que para algunos soy un afortunado. Puedo enamorarme y desenamorarme tan fácilmente que al final llego a dudar si realmente simplemente uno siente o uno sólo es bien sentido.

Sumen a esos ojos negros una sonrisa amplia. Unos mofletes rojizos donde perderse en cada mirada. Un cabello moreno recogido en una pequeña coleta de un pelo sedoso y plácido de acariciar. Una distancia corta y un fruncir de los labios en cada gesto. Gestos camino de esos besos delicados. Besos retratados a cámara lenta, siempre dulces. Más que dulces infinitamente sabrosos. Un manjar de sensaciones escondidas entre canciones antiguas de aquellos tiempos, donde eramos más jóvenes.

Las historias, ciertas o inventadas según cada autor, siempre conducen a eso que llamamos felicidad. La primera vez que estuve en Emiratos, hace ya bastantes años, me sorprendió la sonrisa de la gente. Esa manera de reír y ser felices de los que muchos en nuestra Europa tan infeliz considerábamos desgraciados. Esos que trabajan infinitas horas mientras otros creemos vivir. Aquellos que simplemente tienen una sonrisa como forma de afrontar su día a día. Soy un tipo mediterráneo adorador del Sol. Siempre comento cargo las pilas con el clima de Emiratos. Muchas veces, pero creo también cargo el alma con el espíritu alegre de la gente de Emiratos, y en general del sudeste asiático.

Pienso esos ojos negros están más cerca de nosotros de lo que pensamos. Los ojos negros intensos pueden venir detrás de una mala racha, estar al acecho después de un mal día. Pero siempre te miran con esa bondad de una noche cualquiera en un lugar cualquiera. Vale le pena, a veces, dejarse llevar por la propia vida y ver las bondades de cada ciudadano, humilde, esforzado o bien aventurado, para conocer mejor el camino a recorrer. No es bueno pensar que todos los caminos están trazados. Que todos tenemos un camino definido en nuestra vida. Quizás las cosas a veces son más sencillas. Esos ojos negros pueden aparecer cuando menos lo esperes. Uno se enamora, quizás olvida, quizás simplemente es feliz. La felicidad está en cualquier bar de la Cataluña nocturna o en cualquier rincón de los Emiratos. Simplemente es lanzar una mirada y abrazar sus ojos, sus ojos negros.

Esos ojos negros
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