jueves. 28.03.2024

Y esto apenas está empezando...

"Me reía y me mofaba de todas las historias que recordaba haber visto en películas o cartones animados, sobre los efectos del calor, tener espejismos y todas aquellas cosas relacionadas. Y así viví día tras día de aquellos meses, ¡hasta que llegó mayo!"
Una imagen del desierto de Abu Dhabi. (EL CORREO)
El calor y la arena presentes en el verano de Emiratos.

Pisé Emiratos Árabes Unidos un dos de noviembre de 2015, por primera vez. Recuerdo haber llegado con maletas llenas de camisas de lino, pantalones cortos, sacos de algodón y muchas camisetas. En todo caso, ¿a quién se le ocurriría llevar abrigos al desierto, no? Menuda sorpresa me llevé al encontrarme con temperaturas que rondaban los diez grados Celsius en días y noches suficientemente frescas que me hicieron entender que nuevamente la especulación me había hecho una mala jugada…

Fue entonces cuando la ingenuidad se combinó con mi especulación y pensé: ¡Vaya!, que en este país han hecho cosas increíbles, no les bastó con tener una pista de nieve en un mal, ¡que hasta han hecho agradable el clima del desierto!.

De esa manera durante los meses de diciembre, enero, febrero y marzo viví dudando de aquellos que hablaban con adjetivos superlativamente descriptivos del calor del desierto. Me reía y me mofaba de todas las historias que recordaba haber visto en películas o cartones animados, sobre los efectos del calor, tener espejismos y todas aquellas cosas relacionadas. Y así viví día tras día de aquellos meses, ¡hasta que llegó mayo!

Así de repente, como quien enciende un microondas, las cosas han empezado a calentarse y he llegado a pensar incluso que el desierto se ha empeñado en darme una lección.

Porque en Panamá nuestro clima ronda entre los 24 y 36 grados Celcius, comprenderán entonces que experimentar temperaturas de 43 grados con una sensación térmica de 48 grados Celsius es increíble para este servidor.

Hace unos días cometí el error más terrible que hasta ahora tuve en Emiratos Árabes Unidos, caminar setecientos metros bajo el inclemente sol de la una de la tarde, experimenté en carne y hueso como se cocinaban mis ideas, solo que las mías, ¡estuvieron apunto de quemarse! 

Tal vez muchos de ustedes, amables lectores, habrán pensado en la frase del título de este artículo: “Y esto apenas está empezando”…, la frase que he escuchado mencionar a cada uno de los amigos que les he compartido esta experiencia, así como otras frases tales como: “vienen los meses en donde hace verdadero calor”, “esto no es nada”.

Por lo tanto, he sentido la obligación de transcribir esta experiencia, pues no seré el único que pisará el desierto cuando éste le coquetea a sus visitantes con su mejor faceta, sin embargo aún con ello su magnificencia es innegable y claro, la de la madre naturaleza y sobre todo un tema que nuestros anfitriones han tomado muy en serio y hoy más que nunca entiendo porqué… el cambio climático.

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Oreste del Río Sandoval es ministro consejero en temas Políticos y Económicos de la Embajada de Panamá en Emiratos Árabes Unidos.

Y esto apenas está empezando...
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