sábado. 20.04.2024

Despedidas

"Y así transcurren los días, aprendiendo a despedirse de personas queridas, que siempre permanecerán presentes y a las que siempre seguiremos viendo!"

Todo va rápido. Muy deprisa. Los cambios se suceden con una velocidad de vértigo. En todas partes. Y yo tengo la sensación de que en el Golfo la vida transcurre todavía más deprisa.

A estas alturas todos sabemos de despedidas y de bienvenidas. Movimientos migratorios, viajes, globalización… ¿quién no tiene hoy a alguien lejos? Como dice mi amiga Paula, que ahora vive en Francia, somos la generación Erasmus y este hecho ya lo tenemos aprendido. Aprendido, sí. Aceptado, también. Pero no se puede evitar una punzada de tristeza en cada nueva despedida.

Hoy, la de Sandra y Miki, que vuelven a España. Dan por concluida su etapa en Qatar y regresan a Madrid. Como solemos decir, no vuelven a la vida que tenían antes de Qatar. No somos los mismos tras estos años aquí. El contexto que teníamos allí tampoco lo es y a la vuelta no podemos retomar la vida de antes, pues aquella etapa ya concluyó.

A la vuelta debemos crearnos una vida nueva. Este hecho produce vértigo, incluso, hay personas que demoran el momento de regreso, que procrastinan y extienden su etapa como expatriados por no saber muy bien cómo encajar la siguiente.

Como en todo, los rituales ayudan. Las fiestas de despedida y las de llegada tienen un fin más allá del puro divertimento. Marcan un cambio. Sandra y Miki nos han invitado a cenar a su casa. Como siempre, han sido unos estupendos anfitriones y nosotras disfrutamos de la última cena en su  casa de la Perla. Acabados los postres, procedieron al reparto de la herencia. Cada vez que alguien parte, llega el momento de recoger la “paraeta”, como dicen en Valencia y uno toma conciencia de la cantidad de enseres que se han ido acumulando. Unos se venden, otros vuelven a casa y el resto se regala. Es más, en todas nuestras casas una parte del menaje es heredado.

Y así nos despedimos, viendo en sus caras la alegría por regresar a España y el cansancio que supone cerrar esta etapa. Y no solo a nivel logístico, sino de una manera emocional. Sandra y Miki se van de Doha y nos dejan a Helena, que apenas la acabamos de conocer y ya sabemos que es alguien importante en nuestras vidas.

Y así transcurren los días, aprendiendo a despedirse de personas queridas, que siempre permanecerán presentes y a las que siempre seguiremos viendo, aunque transcurran años entre uno y otro encuentro. Cierto es que las telecomunicaciones hacen nuestra vida más fácil y acortan distancias. Si bien no se puede recibir un abrazo por whatsapp, sí se puede compartir afecto y compañía.

Y continuamos en el camino, entre encuentros y despedidas. Algunos quedan en los archivos de nuestra memoria y otros permanecerán siempre en el presente de nuestras vidas, como Sandra y Miki. Chicos, ¡buen viaje y feliz nueva vida en España!

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