viernes. 29.03.2024

Aloha, Emiratos

"Soy como una impresora multifunción y, dicen, que también valgo para escribir"
Los Emiratos Árabes no solo son grandes construcciones

 Aloha, amigos de los Emiratos. Me llamo Alba, estoy a medio camino de los treinta y soy actriz. Y profesora de inglés, vendedora de libros en verano, hermana mayor y, aparentemente, también valgo para escribir artículos como este. Soy como una impresora multifunción, pero con extremidades y corazón (creo).

Soy una chica (TACHÁN! Eso no se lo esperaba nadie, ¿verdad?), aunque los niños que vienen a mi trabajo se empeñen en preguntarle a las madres si soy un chico – muchacha, que no te enteras, que aunque esté aquí vendiendo libros, soy actriz y seré la próxima Rossy de Palma.

Soy ese tipo de persona que lleva en la cartera una estampita que pone «Murphy me guía». Soy ese tipo de persona que lleva la estampita en la cartera porque no tiene coche. Soy ese tipo de persona que no tiene coche porque ha suspendido tres veces el teórico del carnet.

Soy ese tipo de persona que entra en pánico cuando le salta la ventanita de las actualizaciones de Windows mientras está escribiendo un trabajo para clase. No me digáis que no es como una bomba de relojería. Corta el cable azul o el rojo. «Vamos. Vamos» VAMOS QUE ME APAGO Y NO HAS GUARDADO EL WORD’.

Soy ese tipo de persona que selecciona ‘Retrasar 4 horas’ en la ventanita y que, posteriormente, procede a pinchar en «Reiniciar ahora» sin dudarlo ni un segundo.

Soy ese tipo de persona que cuando cuenta cosas que le han pasado tiene que normalizarlas para que la gente se las crea.

Soy ese tipo de persona que se levanta a las nueve de la mañana un sábado y, de camino a la cocina, se encuentra con la policía local en su salón y a los bomberos subiendo a su balcón con la grúa.

Soy ese tipo de persona que se pone nerviosa cuando el policía local que está en su salón le pregunta por la pistola de silicona que hay encima del mueble de la tele.

Soy ese tipo de persona que le ayuda a recoger los cromos del suelo a un niño cualquiera de la calle y le da las gracias. Dos veces. Es que agacharse repetidamente mientras vas cargada de bolsos a coger cromos es una de las experiencias más reveladoras que una persona puede tener. Revela que estás más mayor de lo que piensas y que tu espalda ya no te quiere como antes.

Soy de esas personas que mueren por la vida. De verdad, algún día la palmo. Si no, tiempo al tiempo.

Aloha, Emiratos
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