viernes. 29.03.2024

El Festival de Cine de Málaga

"Las experiencias que tengo de este festival no se pueden resumir en 500 palabras. Los kilos que he cogido, tampoco"
Teatro Cervantes

Dadme una acreditación y seré Cenicienta durante una semana. Y como he estado ocupada siendo una princesa esta semana, no he podido escribir un resumen de todo hasta hoy (ya no hay carroza, ni príncipes que repiten eslóganes publicitarios sin parar, ni banquetes patrocinados por Costa Coffee. Ahora hay casas que cuidar, cosas que escribir y ensayar y niños a los que enseñar). 

Este Festival de Málaga ha sido muy catalán. La gran triunfadora de la edición de este año ha sido ‘Callback’, de Carles Torras, llevándose la biznaga a la mejor película, mejor actor y mejor guión (y menos mal, porque si no se las llega a llevar, las cenizas del Teatro Cervantes de Málaga todavía estarían soltando humo). Desde mi humilde e ignorante opinión, ésta ha sido, sin duda, y junto a Quatretondeta, la mejor película de toda la sección oficial (tanto que la vi dos veces en un día – y la habría visto más veces pero me arriesgaba a que mis amigos llamasen a salud mental del hospital de aquí). 

La interpretación de Martín Bacigalupo en Callback es totalmente impecable. Desde el minuto uno de la película, y sin grandes aspavientos ni efectos varios, te da todo lo que debes saber del personaje y te mantiene en tensión constante. No hay un momento en el que se escape el personaje, pero tampoco hay lugar a que eso ocurra viendo el consistente trabajo de guión (y de todo) que respalda la película. Es una de esas películas en las que, como actriz, matarías por estar, aunque sólo sea llevándole cafés al señor director. 

La otra película, Quatretondeta, de Pol Rodríguez, una comedia de las buenas. Una comedia de esas que se ríe de lo que pocos saben reírse: la muerte. Cuenta también con un increíblemente enorme José Sacristán (sé que no estoy diciendo nada nuevo, pero es que ojalá ser un átomo como él es) que, sin apenas hablar durante la película, te cuenta toda una apasionante historia. 

Otro documental que salvo del festival es María conversa, que es un seguimiento del proceso interpretativo que sigue Blanca Portillo para interpretar un monólogo sobre María (madre del Señor. Creo. Perdón si me equivoco, pero es que yo soy de ética). Un documental sincero y sin pomposidad, que muestra de una manera fiel lo que es la preproducción de un espectáculo teatral desde el punto de vista de un actor. 

Por último, pero no menos importante, ha habido una porción de Galicia (cómo no, caray). Ya el primer día tuvimos aquí a Mario Casas y a Luis Tosar – pero el domingo 24 tuvimos aquí una sesión del Gastroweekend fantabulosa que consistía de un documental maravilloso sobre el Grupo Nove y todo lo que le rodea, Cocinando en el fin del mundo, y de una degustación de platos de la tierra galega que puso los pelos de punta a más de uno (levanto la mano). Todo esto, junto con el frescor que reinaba en la sala, te llevaba de viaje al norte sin necesidad de que te tocase el viaje a Vigo que sorteaban. 

Las experiencias que tengo de este festival no se pueden resumir en 500 palabras. Los kilos que he cogido, tampoco. La gente que he conocido, menos aún. Los ibuprofenos que me he tenido que tomar por las mañanas, no quiero contarlos. No pasa nada. Sólo quedan 11 meses y tres semanas para el siguiente. Eso no es ná.

....... 

El Festival de Cine de Málaga
Comentarios