martes. 23.04.2024

La mayor presa de Irak, una obra de ingeniería levantada en tiempos de Sadam Husein, amenaza con derrumbarse.

La estructura se asienta sobre un lecho de yeso y anhidrita, altamente solubles, ha estado sometida a continuos cuidados desde que concluyera su construcción en 1986.

En junio de 2014 la irrupción del autodenominado Estado Islámico en la cercana Mosul trastocó el mantenimiento. Capturada fugazmente por los yihadistas, la presa es la última víctima del caos que reina en un país despedazado por las cuitas sectarias.

"Cuando el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) ocupó brevemente la presa se suspendieron unas operaciones que no se han llegado a retomar. La maquinaria ha sido destruida, los trabajadores e ingenieros han huido y la instalación se ha dejado a su suerte", explicó Nadir al Ansari, el ingeniero iraquí que desde su construcción participó como asesor científico en el examen de la presa y la porosa roca sobre la que descansa.

Precisamente fue él quien firmó el informe que, apenas unos meses después de su inauguración, obligó a contratar a unas 300 personas para -organizadas en tres turnos- sellar sin tregua la estructura de la obra.

El primer ministro iraquí Haidar al Abadi ha instado a los habitantes de Mosul a alejarse seis kilómetros de la orillas del río Tigris en una medida tildada de "ridícula" por los expertos.

Entretanto, EEUU ha advertido a sus ciudadanos sobre el riesgo de derrumbe de la instalación, diseñada por una compañía suiza y construida por un consorcio germano-italiano. "Una rotura provocaría inundaciones y la interrupción de los servicios esenciales a lo largo del valle del Tigris de Mosul a Bagdad", indica la legación diplomática.

"La población de Mosul tiene miedo pero nadie puede abandonar la ciudad. El ISIS les mantiene secuestrados", señala al diario elmundo.es Said Mamuzini, dirigente del Partido Democrático del Kurdistán en la segunda urbe de Irak.

"Se avecina una catástrofe y la gente que habita las proximidades de la presa vive atrapada entre los abusos del IS y la pesadilla del colapso", agrega desde Bagdad el experto en seguridad Hashem al Hashimi.A principios de mes, en busca de soluciones, el Ejecutivo iraquí adjudicó a la empresa italiana Trevi el mantenimiento de la presa.

La presión sobre la presa está aumentando a medida que la nieve derretida hace subir el depósito y se espera que los equipos técnicos empiecen a trabajar inmediatamente.

"No sé qué hacer, El ISIS por un lado y en el otro la presa," manifestó un residente de la zona al diario Saudi Gazette.

Si los malos augurios se cumplen, el agua liberada barrerá la cuenca del Tigris. "El agua llegará a las primeras poblaciones en el lapso de cuatro horas y superará los 24 metros de altura. El 70% de Mosul quedará completamente anegado. Alcanzará Bagdad en 40 horas y la cubrirá hasta los cuatro metros. La estimación oficial es que se registrarán entre medio millón y un millón de víctimas, pero será mucho más por la ausencia de un plan de evacuación", vaticina el ingeniero.

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