jueves. 28.03.2024

La labor que realiza la profesora inglesa Andria Zafirakou en el colegio Alperton Community College, situado en el barrio marginal Brent de Londres, le ha servido para ser reconocida este domingo como la mejor profesora del mundo de 2018.

Recibió el premio de manos del gobernador de Dubai, el jeque Mohamed bin Rashid Al Maktoum, durante la ceremonia de gala del Foro Global de Educación y Habilidades, celebrada en el hotel Atlantis de La Palmera.

Zafirakou lucha a través de las artes contra lacras como la pobreza, la violencia de pandillas o las barreras lingüísticas.

“La comunidad en la que enseño es una de las más diversas del mundo, se hablan 35 idiomas y normalmente el inglés no es la lengua que usan en sus hogares”, señaló la profesora de arte durante su intervención en la gala de premios.

El área de Brent es uno de los lugares con mayor diversidad étnica del mundo y una de las zonas más desfavorecidas de Inglaterra.

Los alumnos se enfrentan realidades completamente diferentes y además comparten sus hogares con hasta otras cinco familias con las que incluso no pueden comunicarse por no hablar la misma lengua.

Zafirakou decidió comenzar a cambiar esa situación cuando se unió a la escuela gracias a un programa de arte y textil que motiva tanto a los estudiantes como a los padres y une a las diferentes familias.

La profesora también optó por aprender lo básico de cada una de las lenguas que hablan sus alumnos para así poder comunicarse con ellos y con sus padres, poder comprender mejor su cultura y ganarse su confianza.

“Las escuelas deben ser lugares seguros que puedan crear ciudadanos que se respeten unos a otros, uno de los mayores retos que tienen mis estudiantes es que no pueden encontrar ni siquiera un lugar seguro donde estudiar”, apuntilló la de Inglaterra.

Para Zafirakou, el arte es “la mejor manera de cambiar el mundo” y debe ser una disciplina “que esté siempre en el currículo escolar”.

Los alumnos de Alperton tienen otro gran desafío: los problemas derivados de la violencia de las pandillas que pueblan el barrio de Brent.

El trabajo de Zafirakou no termina en las aulas y después de clase se encuentra afuera de las puertas del colegio asegurándose que cada alumno llega de manera segura a sus casas y protegiéndolos de los reclutadores de las pandillas locales.

La profesora de arte trabaja en estrecha colaboración con la Policía para identificar posibles problemas.

Además, también ha desarrollado un club de boxeo en el que los estudiantes aprenden a protegerse para los momentos en los que la profesora no esté junto a ellos.

EL MAESTRO COLOMBIANO, A LAS PUERTAS DEL PREMIO

El profesor colombiano Luis Miguel Bermúdez, que lucha contra el machismo en el colegio Gerardo Paredes de Bogotá, se quedó a las puertas de conseguir el premio.

“Estoy muy contento de haber logrado estar entre los diez finalistas y me alegro de que por fin los países desarrollados y este tipo de premios estén mirando hacia Latinoamérica”, dijo el docente a EL CORREO tras la entrega de los premios.

Su labor durante los últimos años ha sido trabajar sobre el arraigado machismo que existe en ciertas comunidades deprimidas y que lleva a la violencia de género y el abuso sexual (ver más información).

Durante la ceremonia de gala, la primera ministra británica, Theresa May, felicitó a Andria Zafirokou por todo lo que ha hecho por su comunidad.

“Ser profesor requiere tener un corazón generoso y estar comprometido todos los días, gracias por lo que has hecho”, dijo durante una videoconferencia.

Los premios también contaron con la participación del presidente de Argentina, Mauricio Macri, quien señaló que la educación es la “clave para la indenpendencia y el futuro y no debería haber nada que interfiriera en ese proceso”.

El premio Global Teacher Prize, promovido por la Fundación Varkey, otorga anualmente un millón de dólares a un maestro excepcional que ha realizado una contribución sobresaliente a su profesión.

El galardón sirve para subrayar la importancia de los educadores y el hecho de que, en todo el mundo, sus esfuerzos merecen ser reconocidos y celebrados. Busca reconocer los impactos de los mejores maestros, no solo en sus estudiantes, sino en las comunidades que los rodean.

Una maestra de un barrio marginal de Londres, mejor docente del mundo
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