jueves. 25.04.2024


Restaurante Cocina de Bernardo Romero
Duración:
90 minutos
Dificultad:
media
Ingredientes:

Para 4 personas. Langostinos, arroz, cebolla, zanahoria, ajo, guisantes, habas, vino.



En Huelva es imposible encontrar una oreja de toro. Se las llevan todas los toreros, y los rejoneadores. El presidente de la plaza, don Domingo Prieto, que tampoco tiene mucha culpa de este desaguisado, se limita a buscar orejas por toda España para acudir con un maletín repleto a la plaza. Es evidente que con las doce de los toros, e incluso con las cuatro de los sobreros, no tiene suficiente para responder a las exigencias del respetable, que en este caso es el pueblo soberano y ya saben ustedes, que soberano, el toro. Junto a la enorme figura de José Tomás, El Cid, que en Huelva ha cuajado buenas tardes y del que siempre se esperan buenas faenas. Más Silvera, el torero de Huelva que torea más que poco, nada. Y así no se puede.

Emilio Silvera ha estado entrenándose a fondo, matando toros en el campo y eso le pueden poner en forma. Esperemos que esta tarde tenga suerte y vuelva a estar en las principales ferias taurinas. Las Colombinas se acaban, y con ellas las orejas, así que mañana que abre la plaza de abastos, intentaré comprar orejas de cerdo, que de esas sí que hay, para estofarlas según el modo tradicional y luego contárselo a vuesas mercedes. De momento, les cuento un arroz con langostinos que hice el otro día y que me salieron estupendos. Hice foto y todo, pero como está uno más liao que la pata de un romano, pues no os lo he podido contar, pero leed y tomad nota de esta curiosa y sorprendente.

Receta de Arroz con langostinos

Pelamos los langostinos y a un lado vamos poniendo sus cuerpecillos desnudos y en una bandeja o fuente apta para el horno, el interior de las cabezas y las patitas. No se rían, que ya verán lo que vamos a hacer. Metemos en el horno a 220º la fuente con el interior de la cabeza y las patitas, más la piel queratinosa que se vaya con ellas, que no pasa nada. Nos olvidamos de esto hasta que el olor nos avise de que se están churruscando, momento en el cual abrimos la puerta del horno, sacamos la fuente y comprobamos que todo está bien tostadito.

Esperamos que se enfríe un poco y lo metemos todo en la picadora junto a un poco de sal. Le damos caña a la picadora y cuando esté todo bien triturado, lo pasamos al almirez y le damos un repasito hasta conseguir que todo se haya reducido a polvo. ¡Pero qué polvo! Me refiero al polvo en que hemos convertido los restos de los langostinos, que están ustedes siempre pensando en lo mismo.

Reservamos y continuamos con lo nuestro. En una cazuela amplia y de fondo grueso, pondremos cebolla rallada o cortada muy fina, un par de dientes de ajo, una hoja de laurel, medio pimiento de los de freir cortado en tiras, una zanahoria mediana y cortada en cuadraditos, un puñao de guisantes y si nos place, unas habas baby. Lo ponemos todo a refreír en aceite de oliva virgen extra y le ponemos su poquita de sal, pimienta, una pizca de tomillo seco y azafrán majado con unos granitos de sal. Cuando la cebolla está transparente añadimos el arroz y un par de cucharadas rasas del polvo de langostinos, le damos a todo unas vueltas para que se manche el arroz bien de aceite y luego nos quede suelto, y procedemos a mojar todo con un chorreón de oloroso seco, lo más generoso - nunca mejor dicho - posible.

Esperamos a que el vino se evapore y añadimos agua, en una proporción de dos y medio por uno, dejando cocinar a fuego medio. Cuando el arroz está casi en su punto, añadimos los langostinos, damos unas vueltas y a esperar a que el arroz esté hecho. Se sirve espolvoreado con culantro o con perejil, según el gusto de cada cual. Bueno, he estado unos cuantos días de fiesta, pero no os quejaréis, que el arroz está que se sale, os lo prometo. Y además veraniego. Para disfrutarlo de verdad, un vino blanco de aguja, un albariño o, cómo no, un vinito de estos del Condado, por ejemplo el Mioro Gran Selección, hecho con zalema, una varietal de por aquí, y algo así como un diez o un doce por ciento de moscatel de Alejandría. Un vino que se debe servir frío y que se deja querer.

http://bernardoromeroensucocina.blogspot.ae/2009/08/orejas-imposibles.html

Arroz con langostinos