jueves. 25.04.2024

Pata de cordero, que primero adobé con una mezcla de cebolla picada muy fina, unos cuatro dientes de ajo también picados muy finos, canela, jengibre seco rallado, cominos y azafrán majados, pero el azafrán tostadito un poco antes de meterlo en el mortero. Sal y pimienta como es natural, su poquito de vino blanco y aceite virgen extra. Ah, y pimienta de cayena también molida. Pues bien, con todo esto la pringué por todos lados y al horno con ella.

En cuantito se empezó a dorar, abrí el horno, le di la vuelta a la pata y agregué un par de vasos de agua. Esperé a que estuviera doradita por el otro lado y la saqué del horno. Esperé entonces unos minutitos, no por nada, sino para no quemarme, y saqué la pata de la bandeja del horno. Todo lo que había dentro, lo pasé al colador chino y allí, con ayuda de la maja del almirez, lo pasé bien pasadito. De nuevo a la bandeja del horno todo lo que pasé por el colador más un poquito de agua que añadí por mi cuenta y riesgo. La pata también la volví a poner en la bandeja de horno, de modo y manera que al poco ya se veía la carne bien desprendida del hueso, que es señal de que está hecha. Se presenta tal cual está en el retrato de ahí arriba.

Pata de cordero