martes. 19.03.2024

El pasado martes, aproximadamente 20 minutos después de su despegue, uno de los motores del vuelo 1380 de Southwest se incendió. El estallido hizo añicos una de las ventanillas del avión y una de las pasajeras, Jennifer Riordan, fue casi succionada hacia el exterior, falleciendo más tarde por las heridas sufridas.

Con la cabina despresurizada, un motor inutilizado y el pasaje invadido por el pánico, la capitana Tammie Jo Shults mantuvo la calma y consiguió realizar un aterrizaje de emergencia, evitando un desastre aún mayor.

"Southwest 1380 tiene un incendio en el motor", avisó Shults por radio a los controladores de tráfico aéreo, sin ningún indicio de alarma en su voz. "Descendiendo", dijo.

En un instante, Shults se encontró en una situación a la que la mayoría de los pilotos solo se enfrentan durante el entrenamiento: tener que aterrizar un avión después de que se apague el motor.

Durante los siguientes 40 minutos, la capitana mostró lo que un pasajero calificó como "nervios de acero", dirigiendo el avión -que volaba de Nueva York a Dallas- hacia Filadelfia para un aterrizaje de emergencia.

Shults, de 56 años, aprendió a volar como una de las primeras mujeres piloto de combate en la Marina hace tres décadas, piloteando el F/A-18 Hornet en una época en que las mujeres eran excluidas de las misiones de combate, relata New York Times.

La capitana se graduó de MidAmerica en 1983 con una licenciatura en biología y agronegocios y luego partió para unirse al ejército, según dijo la universidad el miércoles. La Fuerza Aérea no la aceptaría, le dijo a la publicación, pero la Marina sí lo haría. Se inscribió en la escuela de vuelo de la Armada en Pensacola, Florida, en 1985, el comienzo de una década de servicio pionero.

"Podemos confirmar que la teniente comandante Shults estaba entre la primera cohorte de mujeres piloto para la transición a aviones tácticos", dijo la Marina en un comunicado el miércoles.

Shults voló el F/A-18 Hornet, el avión bélico supersónico bimotor y bombardero. Después de la escuela de vuelo, en 1989, fue asignada al Escuadrón Táctico de Guerra Electrónica 34 en Point Mugu, California. Durante la Guerra del Golfo, su escuadrón fue dirigido por la primera comandante aérea de la Armada.

Pero a pesar de sus logros, se topó con los límites impuestos a las mujeres en el ejército. Dejó el servicio activo el 31 de marzo de 1993, dos días antes de que la Marina le pidiera a la administración Clinton que abriera misiones de combate a mujeres. Luego pasó aproximadamente un año en las reservas antes de abandonar el ejército en 1994, alcanzando el rango de teniente comandante.

Shults más tarde se convirtió en piloto de Southwest Airlines, al igual que su esposo, Dean M. Shults. Southwest Airlines se negó a comentar sobre ella el miércoles.

En una breve entrevista telefónica el miércoles, Dean Shults se negó a hacer comentarios, salvo para decir: "Los medios tienen razón, es una heroína y estoy orgulloso de ser su esposo".

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