«Dubai es una ciudad de paso, nadie tiene planes de quedarse aquí para siempre. Hay un detalle que llama la atención: no hay gente mayor». Así describe Dubai Axel Carús Aguinaco (Gijón, 1974), un asturiano dedicado al sector de la construcción que lleva un año afincado en el emirato.
En una entrevista concedida a El Comercio, firmada por M. F. Antuña, Carús cuenta que trabaja desde hace 18 años y que llegó a Emiratos tras la adjudicación de las obras del metro de Dubai a su empresa, Acciona Infraestructuras. «Tras la crisis, en España deja de construirse obra pública", cuenta, por lo que no le quedaban muchas opciones más que marcharse de casa.
Este español trabaja en una UTE junto a una empresa turca y otra francesa y su día a día laboral se desarrolla en inglés. Esta multiculturalidad, afirma, le ha hecho enriquecerse. «Hay reuniones en las que he participado de 15 personas en las que estaban presentes tres continentes y 14 nacionalidades», revela.
Su trabajo es parecido al que hacía en España, pero a otro ritmo. «Lo primero que se aprende aquí es a ser paciente, todo lleva su tiempo, mucho tiempo».
Fuera de las obras del metro, Carús ha aprendido a disfrutar de Dubai con ratos de cervecitas «con o sin alcohol, depende de con quién» y «muchos días de playa incluso de noche». Dubai, afirma, es «una ciudad de vacaciones con mucho ambiente en hoteles y terrazas, y con actividades culturales» aunque, admite, el clima estival es difícil de sobrellevar. «Todo el mundo intenta escapar de vacaciones, el calor es insoportable, solo se puede salir de casa para ir a sitios refrigerados, como centros comerciales, literalmente no se puede estar más de diez minutos en la calle, las temperaturas suben por encima de 50 grados, con mucha humedad».
Sobre los mitos que persisten en Europa sobre el mundo árabe, Carús aclara que Dubai es un lugar libre y abierto. «Tienen una cultura rica y respetan mucho las demás culturas».
También ha mucho mito sobre el alcohol, dice. «Menos sidra hay de todo, incluso muchos vinos y cervezas españoles». Y tampoco falta el cerdo, presente en los supermercados, aunque la calidad, señala, no es la misma que en España.
