sábado. 20.04.2024

Al final de 2016 había al menos 18.848 personas en el mundo condenadas a muerte, según una nota difundida este martes por Amnistía Internacional, la organización defensora de los derechos humanos con sede en Londres.

En 2016, al menos 1.032 personas fueron ejecutadas en 23 países. En 2015, Amnistía Internacional registró 1.634 ejecuciones en 25 países del mundo: un máximo histórico que no se había alcanzado desde 1989. La mayoría de las ejecuciones tuvieron lugar en China, Irán, Arabia Saudita, Irak y Pakistán, por este orden.

El número de ejecuciones registradas en Oriente Medio y el Norte de África descendió un 28% respecto al año anterior: de 1.196 en 2015 a 856 en 2016.

Irán solo fue responsable del 66% de todas las ejecuciones registradas en la región. Sin embargo, la cifra total de ejecuciones llevadas a cabo en Irán se redujo un 42% (de al menos 977 a al menos 567), comparada con el año anterior.

Por su parte, Arabia Saudita ejecutó al menos a 154 personas, con lo que mantuvo el alto nivel alcanzado en 2015 (158), que constituyó la cifra más alta registrada en ese país desde 1995.

China siguió siendo el mayor ejecutor del mundo, aunque se desconoce la verdadera magnitud del uso de la pena de muerte allí, pues los datos al respecto se consideran secreto de Estado. En la cifra global de al menos 1.032 no están incluidas los miles de ejecuciones que se cree se han llevado a cabo en China.

Excluyendo a China, el 87% de las ejecuciones tuvieron lugar en tan sólo cuatro países: Irán, Arabia Saudí, Irak y Pakistán. Por primera vez desde 2006, Estados Unidos no se encontraba entre los cinco países que más ejecuciones realizaban: había descendido al séptimo lugar, por detrás de Egipto. Las 20 ejecuciones llevadas a cabo en Estados Unidos fueron la cifra más baja en el país desde 1991.

Durante 2016, se tuvo constancia de que 23 países —aproximadamente 1 de cada 8 de los países del mundo— habían llevado a cabo ejecuciones. Esta cifra constituye una reducción considerable respecto a hace 20 años (40 países llevaron a cabo ejecuciones en 1997). Bielorrusia, Botsuana, Nigeria y las autoridades del Estado de Palestina reanudaron las ejecuciones en 2016; Chad, India, Jordania, Omán y Emiratos Árabes Unidos —todos ellos países que ejecutaron a personas en 2015— no informaron de ninguna ejecución el año pasado.

Un total de 141 países de todo el mundo —más de dos terceras partes— son abolicionistas en la ley o en la práctica.

Amnistía Internacional registró 3.117 condenas a muerte en 55 países en 2016: un incremento significativo respecto al total de 2015 (1.998 condenas en 61 países). Se registraron aumentos considerables en 12 países, pero en algunos, como Tailandia, el incremento se debió al hecho de que las autoridades proporcionaron información detallada a Amnistía Internacional.

Se tuvo noticia de que en 2016 se había ejecutado en Irán al menos a dos personas que tenían menos de 18 años en el momento de cometerse el delito por el que habían sido condenadas a muerte. En muchos países donde hubo condenas a muerte o ejecuciones, los procedimientos judiciales no cumplían las normas internacionales sobre juicios justos. En algunos casos, tal incumplimiento supuso la obtención de “confesiones” mediante tortura u otros malos tratos; esto sucedió, entre otros lugares, en Arabia Saudí, Bahréin, China, Corea del Norte, Irak e Irán.

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