jueves. 28.03.2024

La presencia en Emiratos Árabes Unidos (EAU) del obispo de Estambul (Turquía), el mexicano monseñor Rubén Tierrablanca, está demostrando que en estas tierras hay ganas de vivir el cristianismo en español. Son cientos las personas que han acudido durante el fin de semana a las misas que ha oficiado en las iglesias de  San Francisco de Asís en Dubai -el viernes- y de Santa Teresa en Abu Dhabi -el sábado-.

Asimismo ha protagonizado charlas cargadas de mensaje ante distintas comunidades. A través de ellas profundizó en el tema 'Cómo vivir nuestra fe en un país musulmán'. Sus palabras llegaron a todos de forma especial por ser pronunciadas por un religioso con larga experiencia en Turquía, un territorio en el que ya lleva 13 años y donde el Islam es clara mayoría. Por ello supo responder a cada una de las preguntas que le plantearon, muchas sobre la relación que es aconsejable que mantengan los católicos con los musulmanes.

"Debemos mantenernos en nuestra vocación de cristianos para dar esperanza al mundo y aguantar hasta que nos quede gasolina; sabemos adónde vamos porque tenemos fe", dijo en español sentado ante un grupo de atentas personas en la segunda planta del edificio que acoge a la iglesia de Santa Teresa en Abu Dhabi.

Monseñor Tierrallana, que hoy finaliza una visita de cuatro días a Emiratos Árabes invitado por la familia Azcona-Cueto, puso énfasis en la circunstancia de vivir en un país donde, como en Turquía, los católicos son "minoría" y "no están destinados a ser multitudes". Por ello afirmó que se revelan como "la sal de la tierra", quienes "dan sabor".

El recientemente consagrado obispo cuenta su historia con humildad y ofrece su devoción, discernimiento e iluminación en cada palabra que pronuncia. Desde su llegada se ha reunido con los grupos de la comunidad de habla hispana que se congregan en la parroquia de St. Joseph en Abu Dhabi. Y no son pocos: representantes del coro, lectores, ministros, organizadores litúrgicos, catequistas, responsables de estudios bíblicos, responsables del grupo de oración del rosario y representantes ante la parroquia.

Todos tuvieron la oportunidad de escuchar el relato de monseñor Tierrablanca acerca de su experiencia de vida eclesial en un país donde coinciden los inicios de la fe cristiana y una mayoría actual de fe islámica.

Sus charlas, basadas en un diálogo abierto, se orientaron hacia la explicación de cómo los laicos de la Iglesia deben asumir su responsabilidad y trabajar para mantener una fe viva, que pueda convivir en armonía con las demás culturas, comenzando por las propias, porque a pesar de compartir la misma lengua y la misma fe, cada uno, según recalcó, viene de ambientes culturales diferentes.

En este sentido, resaltó el trabajo de quienes están esforzándose ya por consolidar una Iglesia firme y fuerte y los invitó a orientarse hacia la formación, especialmente de los adultos, quienes aseguró tienden a dejarse llevar por los avatares del mundo y a veces dejan a un lado la responsabilidad de la educación en la fe a los ministros y catequistas. 

La dulzura de su hablar envolvió en todas las ocasiones a una audiencia que se mostró receptiva y muy participativa. Prueba de su proximidad es que saludó de forma personal a cada uno de los que se encontraban en las iglesias donde ofició las misas. Tan próximo como San Juan XXIII, un Papa al que nombró en varias ocasiones como el responsable de "abrir las puertas" de la Iglesia y con quien evidenció sentía una intensa conexión. No en vano, monseñor Angelo Roncalli ejerció una larga y complicada década -de 1935 a 1944- de delegado apostólico en el mismo lugar donde monseñor Tierrablanca hoy se empeña en mantener viva la llama del catolicismo: Estambul.

La visita del obispo de Turquía culmina este domingo, 19 de marzo, a las 16.30 horas con una misa en inglés en la capilla Santa Teresa de Abu Dhabi. Tras la misma, a las 17.30 horas, mantendrá una reunión con los niños que acuden a catequesis. Es el punto y aparte.

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