Dos turistas de nacionalidad británica aseguran haber sido expulsadas de la piscina de un hotel de Albufeira, en el Algarve portugués, por llevar puesto un burkini.
Según el relato de las afectadas, que publica el periódico ABC, los hechos sucedieron el pasado 21 de julio cuando dos guardias de seguridad del hotel se les acercaron al salir de la piscina y les dijeron que la ropa que llevaban no era "aceptable".
Maryya (36 años) y su cuñada Hina (31) afirman que los agentes les explicaron que mientras estuvieran en territorio portugués debían adaptarse a las costumbres locales y cambiar su indumentaria por un bikini. Las turistas aseguran que se sintieron humilladas y sorprendidas porque vestían una versión relajada del burkini en virtud de sus principios religiosos y culturales, tapadas hasta las rodillas y no hasta los pies. Las británicas estaban acompañadas por los cuatro hijos de Maryya Dean, que lucían bañadores occidentales tanto en el caso de los niños como de las niñas.
Ambas visitantes regresaron al Reino Unido sin haber formalizado ningún tipo de reclamación y allí han divulgado sus quejas. «No me permitieron nadar con la ropa que suelo utilizar y con la que me siento cómoda porque está pensada para mujeres como yo», señaló una de las dos afectadas.
Afirman que les sorprendió la actitud de los empleados del hotel de Albufeira porque «comenzaron a hacer referencias culturales» y les preguntaron por qué no usaban bikinis. «Se trata, para nosotras, de una cuestión de confianza porque estamos mucho más cómodas con el burkini que con el bikini. ¿Por qué teníamos que ponernos necesariamente un bikini?», respondieron ellas.
El incidente terminó cuando los guardias instaron a las mujeres a abandonar el lugar ya que algunos clientes del hotel no se sentían cómodos con su presencia. «No entendemos por qué nos obligaron a salir de la piscina. Parecía que habíamos cometido un delito, pero en realidad nada más lejos de la realidad», precisa Hina. «Cogimos a nuestros hijos y nos marchamos avergonzadas, pero sabemos perfectamente que no hicimos nada malo», añade Maryya.
Tras la divulgación de este testimonio, la Asociación de Hosteleros del Algarve ha emitido un comunicado en el que informa de que «no ha sido interpuesta ninguna clase de reclamación, que ciertamente no tendría fundamento».
Según publica ABC, un portavoz del colectivo explicó que, si las dos turistas se vieron cercenadas en sus derechos, tal cual acreditaron en el Reino Unido a su retorno, «no se entiende por qué no denunciaron en ningún momento el nombre exacto del establecimiento hotelero».
