sábado. 20.04.2024

La entrevista que tiene usted en sus manos ha sido hecha a 5.767 kilómetros de Córdoba. En Ras Al Jaima, uno de los siete Emiratos Árabes Unidos, corazón de Oriente Medio, la región más explosiva del planeta. Aquí vive desde hace seis años el periodista cordobés Rafael Pérez Unquiles. Un día metió en el coche a su familia en Huelva y atravesó ocho países en diez jornadas hasta embarcar en el puerto iraní de Bandar Abbás. Desde allí cruzó el Estrecho de Ormuz hasta recalar en Dubai. Entonces se presentó ante el responsable en aquel momento de la Oficina Comercial de España en Abu Dabi, abrió una carpetilla, sacó una maqueta y le presentó a bocajarro el proyecto que le rondaba en la cabeza. Montar en Emiratos un periódico en español. «Eso es un disparate», zanjó impertérrito el funcionario.

Seis años después, EL CORREO DEL GOLFO se ha consolidado como el primer diario en español editado en la península arábiga. Nada menos. Y ofrece información a los 50.000 hispanohablantes que viven en Emiratos. Hasta sellar este hito sin precedentes, la familia de Pérez Unquiles ha tenido que sortear contratiempos y dunas más altas que la de Mo’rib. Pero, oiga: bendito disparate.

PREGUNTA.- ¿Y qué hace un periodista de provincias como usted en un desierto lejano como este?

RESPUESTA.- Pues hacer otro periódico de provincias más. Lo que siempre he hecho. Dar visibilidad a la actividad de la comunidad hispanohablante. Nuestro mayor logro es conseguir que un medio en español se consolide en esta zona. Todo lo que cubrimos, si no existiera EL CORREO DEL GOLFO, no tendría difusión.

P.- Es usted el fundador del primer periódico en español en la península arábiga. ¿Visionario o suicida?

R.- Ni visionario ni suicida. Lo que hicimos fue captar una supuesta posibilidad que había aquí y recorrer un camino sin hoja de ruta. Todo lo más que podía ocurrir es que tal como vinimos nos hubiéramos tenido que volver a los tres meses. Seis años después aquí seguimos.

P.- ¿Qué le sedujo de Emiratos?

R.- Pese a lo que se piensa en Europa, cuando llegué vi que era un país en el que se podía vivir exactamente igual que en España. Las costumbres y las tradiciones me causaban mucha sorpresa e interés. Nos sentíamos cómodos y nos acogían bien. Era una buena opción para el momento de crisis de España.

P.- ¿Y qué prejuicios sobre el mundo árabe se le han diluido como azucarillo en el café?

R.- Me pareció que era una sociedad abierta y muy tolerante. Hablo de Emiratos. Cuando entré en contacto con las mezquitas me sorprendió que fueran lugares donde prevalecía la luz, la alegría y el color. Una historia radicalmente distinta a la del catolicismo, en cuyas iglesias todo es dolor, pasión, sufrimiento y sangre. También me sorprendió que hubiera presencia de otras religiones de manera abierta y notoria, por supuesto, de católicos. Aquí hay templos de todo tipo.

P.- ¿En el Golfo es oro negro todo lo que reluce?

R.- No. Esta sociedad tiene muchos puntos negros y dificultades. Los medios quieren subrayar siempre lo mismo: el lujo, los coches, los rascacielos. Y no es solo eso. Aquí ha venido mucha gente para trabajar de camareros y sobrevivir. En sanidad y vivienda es un país muy caro. 

P.- 10 millones de habitantes, casi 9 de extranjeros, sobre todo indios y  paquistaníes, pero también egipcios, latinoamericanos y occidentales. ¿El multiculturalismo funciona?

R.- Aquí funciona estupendamente. En este mismo edificio viven españoles, emiratíes, ingleses, egipcios, paquistaníes o indios. Aquí puedes salir a la calle vestido como quieras. En minifalda, con velo, con abaya, con vestido tradicional indio o paquistaní. Y nadie se sorprende. Estamos absolutamente mezclados. Y nuestros hijos se educan en aulas con presencia de muchas nacionalidades.

P.- En efecto, la estampa es de rascacielos, autopistas, lujo, centros comerciales y alta tecnología. ¿Las petromonarquías miran más a Manhattan que a sus propias raíces?

R.- Sobre todo en Dubai. Miran hacia el modelo anglosajón. Los Emiratos son muy diferentes y aunque la imagen que se exporta al mundo es la de Dubai, existen otros emiratos más tradicionales.

«Aquí funciona el multiculturalismo. Puedes salir a la calle como quieras. En minifalda, con velo o con vestido tradicional indio. Y nadie se sorprende»

Mientras la grabadora registra las palabras de Pérez Unquiles, el almuédano llama a la oración de la tarde. Estamos en pleno Ramadán y justo ahora los musulmanes rompen el ayuno que observan desde el amanecer. Ras Al Jaima se encuentra a 100 kilómetros de Dubai, sobre las aguas cristalinas y templadas del Golfo Arábigo. Al abrigo del arrollador despegue económico del país en las últimas décadas, este emirato se ha convertido en una ciudad con notable presencia de inmigrantes paquistaníes. Nada que ver con la futurista estampa de Dubai y su imponente perfil de rascacielos inverosímiles que desafían el cielo. 

P.- Vive en el ombligo de Oriente Medio, la zona más convulsa del planeta. ¿Ve luz al final del túnel?

R.- Eso es complejo. Según percibo, y no soy ningún experto, aquí las cosas cambian de un día para otro. Cuando se puede ver luz, surge otro nuevo conflicto y no se acaba de solucionar nunca el tema. Para una solución definitiva permanente, tiene que pasar todavía mucho tiempo. Países como Arabia Saudí tienen que abrirse a los derechos, la igualdad de géneros y la libertad.

P.- ¿Qué error de bulto ha cometido Occidente en el complejo universo de Oriente Medio?

R.- Quizás ha intervenido en conflictos donde no tenía que haberlo hecho. Aquí hace falta apoyo a determinados movimientos y ayuda económica. Pero lo que, desde luego, sobran son las armas. Y Occidente fundamentalmente ha introducido en esta región hombres y armas. 

P.- Samuel Huntington elaboró la teoría del 'choque de civilizaciones'; Zapatero, la de la 'alianza de civilizaciones'. ¿Con cuál se queda?

R.- Por supuesto, me gustaría quedarme con la 'alianza de civilizaciones'. La alianza es posible, sobre todo si una civilización y otra tienen la voluntad de conocerse. Tengo la certeza de que la mayoría de los españoles no saben cómo es un islam en situación de normalidad. Existe un profundo desconocimiento entre unos y otros.

"Tengo la certeza de que la mayoría de los españoles no saben cómo es un islam en situación de normalidad"

P.- ¿Y el entendimiento es posible?

R.- Por supuesto. 'In sha’ Allah' [Si Dios quiere]. Solo hace falta la voluntad de entenderse y de querer conocer al que tienes enfrente.

P.- ¿Qué nos separa del mundo árabe?

R.- Mucho desconocimiento. No se conoce el mundo musulmán. En Irán hicimos una parada en Isfahan y salimos a dar una vuelta. Dos chicos se acercaron porque hablábamos en español. Eran profesores de español. En un momento dado, uno de ellos nos dijo: "Los europeos pensáis que todos los iraníes somos unos terroristas". Ahí lo tiene.

P.- ¿Y ha encontrado ya los ecos de Al Andalus en alguna parte?

R.- En el pensamiento sí. En la forma de ver y entender la vida. Somos sociedades muy parecidas, aunque cada una con su evolución. Yo me reconozco aquí en muchas situaciones. Dubai, de alguna manera, es la nueva Córdoba en el sentido de que conviven personas de distintas culturas y religiones, enemigas declaradas en otras partes del mundo, pero que aquí no sólo llevan el día a día con total normalidad y en paz, sino que además hacen posible un enriquecimiento mutuo.

Entrevista a Rafael Pérez Unquiles en ABC Córdoba.

De ABC Córdoba a Oriente Medio

Rafael Pérez Unquiles fue redactor jefe del periódico que tiene usted entre manos. Participó en su fundación en noviembre de 1999 y en 2002 lideró la puesta en marcha de la edición onubense de El Mundo. En realidad, en su vida profesional no ha hecho otra cosa que bautizar proyectos, uno detrás de otro. Formó parte de la creación de Nuevo Diario (Córdoba), de El Periódico del Guadalete (Jerez) y de Teleonuba (Huelva), antes de dar el giro copernicano que ha supuesto su penúltima aventura en los Emiratos. Aquí se ha convertido, junto a su esposa Meli y su hija Marta, en referente editorial de una comunidad hispanohablante de 50.000 personas, la mayoría españoles, pero también colombianos, mejicanos o venezolanos. Vive en Ras Al Jaima, a 30 kilómetros de Omán y a 100 de Dubai, uno de los centros neurálgicos económicos emergentes del planeta. Y aquí está nuestro periodista para contarlo.

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Esta entrevista fue publicada en el impreso de ABC Córdoba el 3 de junio de 2018.

«Del mundo árabe nos separa el desconocimiento»
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