Los presos de la cárcel de Sharjah llevarán "brazaletes inteligentes" que, además de identificarlos, servirán para gestionar digitalmente diferentes cuestiones relativas a su estancia en prisión.
El Sharjah Punitive and Rehabilitation Center planea implantar los brazaletes para principios de 2018, según explicó a Gulf News el coronel Ahmad Suhail, director general del centro.
El sistema, el primero de su tipo en Oriente Medio, facilitará una amplia gama de servicios relacionados con los reclusos sin la necesidad de solicitudes y transacciones manuales.
La pulsera inteligente funciona mediante códigos de barras para mejorar el proceso de transferencias, dispensar medicamentos y garantizar que todos estén presentes, entre otros usos.
El brazalete mostrará la imagen del recluso y su número asignado, haciendo que la identificación sea exacta.
El sistema funciona vinculando el brazalete a pantallas inteligentes instaladas dentro de las celdas de los reclusos. Aparecerán varias opciones en la pantalla, como realizar consultas, presentar una queja, visitar la clínica, solicitar visitas familiares, usar la tarjeta de crédito para realizar compras y hacer llamadas.
Solo los reclusos condenados usarán la pulsera inteligente.
Según Suhail, el sistema ahorrará tiempo y esfuerzo, además de proteger los derechos de los reclusos, ya que se registrarán todas sus actividades durante el día.
La tarjeta rastreará la ubicación del recluso dentro del recinto y el rango permitido de movimiento y acceso. Si los reclusos abandonan su área permitida, se activará una alarma para que los guardias de seguridad tomen las medidas necesarias.
El brazalete estará atado a la muñeca del recluso para monitorear continuamente sus datos biométricos, historial de alimentos, medicamentos y todas las actividades y rutinas diarias dentro de las instalaciones.
El nuevo sistema también será de gran ayuda para el personal, ya que es capaz de determinar rápidamente quién necesita recibir atención médica especial o urgente.
Las pulseras son muy fuertes y casi imposibles de quitar por los convictos. Se pueden usar todo el tiempo, incluso en la ducha. Si un interno intenta manipular la pulsera, puede detectarse fácilmente.
"Ayudará a los guardias y presos a estar más seguros y a liberar tiempo y recursos para otras necesidades", dijo Suhail.
