A primera hora de la mañana de este jueves y procedente de Gibraltar atracaba en el Pantalán de Levante del puerto de Málaga el yate Prince Abdulaziz, propiedad del Rey de Arabia Saudita.
Lo hizo con la incertidumbre de si a su bordo vienen miembros de la realeza, y con la incógnita de cuánto tiempo permanecerá atracado. Se trata de la tercera vez que este barco visita las aguas malagueñas. Desde julio de 2012, esta embarcación no surcaba aguas españolas, entonces lo hizo llevando a bordo a su séquito y al que por entonces era el heredero oficial de la corona, el príncipe Salman bin Abdelaziz, hoy Rey de Arabia Saudita,
El yate fue construido en los astilleros daneses Helsingor Vaerft en el año 1984 y reformado en 2005, esta embarcación de lujo, que originalmente se llamó Abdulaziz, lo diseñó la empresa alemana Maierform Maritime Technology, estando sus interiores firmados por el diseñador de barcos privados David Hicks. Figura en el octavo lugar del ranking de los diez yates más grandes y lujosos del mundo (hace unos años ya ocupó la cuarta posición), su tecnología, sus sistemas de seguridad y las calidades de sus interiores mantienen a este barco dentro una categoría especial. Una circunstancia que debido a los pasajeros que habitualmente navegan en él lo convierten en un barco de Estado.
Con un casco y una superestructura de acero, el Prince Abdulaziz de 147 metros de eslora y un total de 4.620 toneladas de registro bruto, tiene capacidad para albergar a 64 pasajeros. Su tripulación está compuesta por 75 personas.
Tiene asimismo una de las plataformas para helicópteros más grandes que se pueden observar en un barco no militar. El yate real saudí dispone además de un sistema de protección antimisiles. Con todos sus cristales exteriores cromados, la lujosa decoración interior apunta a atmósferas clásicas, y dispone de un vestíbulo principal que recuerda a determinados detalles del trágico trasatlántico Titanic.
