Arabia Saudí ha puesto de manifiesto los "desafíos sin precedentes" a los que se enfrenta Yemen desde que los rebeldes de Houthi tomaron la capital. Hasta el punto de que el Gobierno saudí considera que la situación "podría poner en peligro la seguridad internacional", por lo que pidió una acción rápida para hacer frente a la inestabilidad de su vecino del sur.
El ministro de Relaciones Exteriores saudí, el príncipe Saud Al-Faisal, dijo ante la Asamblea General de la ONU que espera que se ponga fin a una crisis "ha destrozado" el país.
"La falta de aplicación del anexo de seguridad del acuerdo y la falta de aplicación del propio acuerdo de la manera requerida por el grupo Houthi ha destruido esas esperanzas", dijo en un discurso difundido por la misión de Arabia en las Naciones Unidas en Nueva York.
"Yemen se enfrenta a condiciones extremadamente peligrosas que nos obligan a buscar y proponer las soluciones necesarias para hacer frente a estos desafíos sin precedentes", señaló el príncipe Saud.
El príncipe Saud también afirmó que la violencia de Yemen "amenaza con extenderse y poner en peligro la estabilidad y la seguridad en el ámbito regional e internacional".
