miércoles. 24.04.2024

Quiero despedir el año desde Madrid, mi ciudad adoptiva, una ciudad abierta que acoge bien a todo el que llega. El Emir Muhammad I mandó construir una fortaleza, Myrit, a orillas del río Manzanares para tener controlados a los reinos del norte y para intentar someter las eternas insumisiones de la población local. En torno a aquella fortaleza surgió una ciudad que siglos después se convertiría en la capital de España

Con sus casi 3.200.000 habitantes, Madrid es una ciudad bonita, alegre y elegante, tradicional y moderna en la que sus diferentes barrios ofrecen al viajero todo lo que necesita para alimentar el cuerpo y el espíritu. La oferta de Museos es tal, que se hace difícil elegir aunque no se puede dejar de visitar el rey: el Museo del Prado, con sus casi tres millones de visitas anuales, aunque es el Museo Reina Sofía, el único museo español que aparece en el ranking de los veinte más visitados del mundo, concretamente en la posición 17. 

Pero aparte de monumentos que ver y museos que visitar, Madrid gana cuando paseas por sus calles y te mezclas con la población local. Hay barrios bellísimos que muestran sus tesoros arquitectónicos siempre mezclados con un ambiente callejero al alcance de cualquiera.

La Gran Vía y las callejuelas que confluyen en ella, con sus edificios icónicos, como el Metrópolis, el de Telefónica (uno de los primeros rascacielos de Europa y primero de España) o sus teatros y tiendas. La Plaza Mayor rodeada de belleza, con su vecina Puerta del Sol, el Teatro Real y el Palacio de Oriente, la Plaza de la Villa y el Mercado de San Miguel, espacio reconvertido en un lugar donde probar una rica gastronomía en un entorno magnífico. Podemos acercarnos a la calle cuchilleros y entrar en el restaurante más antiguo del mundo, Casa Botín, que a pesar de ser un lugar muy turístico, se come muy bien. 

Si quieres saber dónde está la plaza más pequeña de Madrid, acércate a la plazuela de San Javier, cerca de la calle Segovia, y también puedes admirar la callejuela más corta, con apenas 20 metros, yendo a la calle Rompelanzas, que era un atajo para caballerías. No dejes de dar un  paseo por el Barrio de las Letras y la mítica calle Huertas que por la noche parece revivir, o puedes acercarte al barrio de La Latina, en pleno Madrid castizo y admirar el maravilloso jardín del Príncipe de Anglona en la Plaza de la Paja

Si te gusta la modernidad y la vanguardia acércate a Chueca y visita alguna de sus galerías de Arte, o camina hasta Malasaña y tómate algo en el Mercado de San Ildefonso y claro, date una vuelta por Lavapiés para ver la multiculturalidad de esta ciudad concentrada en unos pocos metros. 

Las grandes avenidas como el Paseo de la Castellana o el de Recoletos, ofrecen la imagen elegante de la ciudad, la Puerta de Alcalá (en la imagen superior) o el barrio de Salamanca con sus edificios clásicos, sus restaurantes de moda y sus tiendas de toda la vida junto a marcas que ha venido para quedarse. Y Chamberí, con sus plazas de barrio con un ambiente incomparable y la calle Zurbano, elegante y atemporal elegida como una de las mejores calles de Europa para vivir. 

Madrid también tiene una red enorme de galerías subterráneas heredadas del pasado musulmán, como el Qanat o canales de agua que han abastecido a la ciudad hasta que en 1851 se inauguró el Canal de Isabel II.Y como no hablar del ambiente de Madrid.

Al madrileño le gusta la calle, y eso supone que desde la hora del desayuno, sus bares y cafeterías ofrecen exquisitos desayunos a base de churros o torrijas y mil delicias más. La hora del aperitivo es inexcusable, y tienes desde la típica caña bien tirada al vermú, un clásico de la capital, o vinos de Madrid que están alcanzando una calidad importante. Al llegar la hora de la comida la oferta es infinita, porque encuentras de todo, raciones y tapeo, el típico y maravilloso bocadillo de calamares, que lo bordan, menús diarios o comidas a la carta en los mejores restaurantes. Pero si llega la hora de la merienda y te pilla con hambre, te puedes tomar unos churros o unas tortitas deliciosas en cualquier cafetería. Antes de cenar, puedes quedar para tomar algo en algún sitio más tranquilo o entrar en uno de los muchos bares de la ciudad y si te decides cenar en algún restaurante, aquí, en esta ciudad está TODO, sí, con mayúsculas. 

Si el cuerpo aún aguanta, pásate por los locales nocturnos o las discotecas de moda. Como se acerca Nochevieja, la Puerta del Sol es el lugar para despedir y recibir el Año Nuevo con las doce campanadas y las doce uvas

FELIZ AÑO 2020.

Hasta pronto.

Lourdes López−Pacios Navío.

De Madrid al cielo...