jueves. 28.03.2024

La segunda ola del coronavirus no se lo está poniendo fácil a los europeos para descubrir rincones desconocidos del continente. Viajar en tiempos del Covid no es tarea fácil, pero si se busca una experiencia reminiscente de la antigua normalidad, ésta se encuentra sin duda en la playa, uno de los pocos lugares donde aún se puede estar sin mascarilla. Concretamente viajamos a la playa de Warnemünde, en el nordeste de Alemania, por cuya traducción no deberíamos de asustarnos: literalmente, esta pequeña ciudad de la antigua Alemania oriental se llama 'Desembocadura de los avisos'.

Vivienda tradicional en Warnemünde, en el nordeste de Alemania. (Rafael González García de Cosío)

La denominación va ligada a su ubicación estratégica para la orientación de los barcos con su famoso faro verde. La playa de Warnemünde, con una orilla de 100 metros de ancha, es la más amplia de todo el Mar Báltico. Llamada también 'la perla del este', esta ciudad pesquera recuerda en su interior a Ámsterdam, aunque solo sea por su 'Alten Strom', o corriente vieja, que es como llaman al canal en el que se ubican la mayoría de bares del lugar, y donde pueden observarse los famosos 'kutter', barcos que recuerdan al de Popeye. Por 15 euros le llevan en uno de ellos a Rostock, la gran ciudad costera del Estado de Mecklenburg-Pomerania Oriental.

Panorámica de la playa alemana de Warnemünde. (Rafael González García de Cosío)

En Warnemünde pueden comerse los famosos 'Fischbrötchen', o bocatas de pescado de conserva (en general arenque), si uno tiene la valentía necesaria para protegerse de las agresivas gaviotas. También en esta ciudad desconocida para la mayoría de sudeuropeos se encuentra el mítico Hotel Neptuno, en el que se hospedaron personalidades como Fidel Castro o los excancilleres Willy Brandt y Helmut Schmidt. Precisamente en su sótano fue inaugurada la primera discoteca de la Alemania Oriental, el Daddeldu. Pero no se engañen: el precio de sus bebidas, como el de unos cortos 15 minutos de aparcamiento en cualquier zona azul de la ciudad, recuerdan más a Singapur que a una antigua república soviética. Y es que Warnemünde es casi la Beverly Hills de Alemania.

Avisados quedan de los precios, pero también de su belleza, especialmente ahora en otoño, la mejor época para deambular por una ciudad pesquera.

El mar (Báltico) en tiempos del Covid