jueves. 28.03.2024

Arqueólogos españoles rescatan un ‘falaj’ que en el 800 a. C. transformó el desierto de Sharjah en un palmeral

El equipo, dirigido por Carmen del Cerro, doctora de la Universidad Autónoma de Madrid, ha localizado ya 2,5 kilómetros de una avanzada red de canalizaciones que tomaba el agua de la capa freática y la conducía hasta la superficie
La doctora Carmen del Cerro -izquierda- explica los últimos hallazgos en la excavación arqueológica de Thuqeibah en Sharjah. (EL CORREO)
La doctora Carmen del Cerro -izquierda- explica los últimos hallazgos en la excavación arqueológica de Thuqeibah en Sharjah. (EL CORREO)

Los trabajos que el equipo de arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid desarrolla en Thuqeibah, situada desierto adentro en el emirato de Sharjah, están dando unos resultados sorprendentes. Entre otros, que en plena Edad de Hierro, allá por el 800 antes de Cristo, ya contaban en la zona con un complejo sistema de canalizaciones denominado 'falaj' que permitía a los pobladores del lugar conducir el agua de la capa freática, en aquella época situada a dos o tres metros de profundidad, hasta la superficie y transformar áridas tierras en verdaderos oasis.

La directora de la excavación, la doctora Carmen del Cerro, que ha avanzado durante el pasado mes de marzo junto con un nutrido grupo de profesionales en las investigaciones, explica sobre el terreno que el 'falaj' objeto del estudio, el más antiguo de la región hasta ahora sacado a la luz, hizo posible crear en aquel momento un palmeral de unas 15 hectáreas bajo el cual además se ubicaban áreas de cultivo que podían dar dos cosechas por año. Dátiles no faltaban.

La localización de semejante vergel no es casual. Se trata de una planicie en el área de Al Madam, ya cerca de Omán, resguardada por las montañas Jebel Buhais y Jebel Fayah -frenaban el avance de la arena- y que era especialmente lluviosa debido a que los monzones procedentes del océano Índico llegaban hasta la zona. Allí, gracias al conocimiento de la época, se levantó un poblado que incluso contaba con una fábrica de un producto parecido al adobe elaborado con roca natural existente en el lugar que posibilitó levantar construcciones muy duraderas. De ahí los restos hallados.

VERDADERA OBRA DE INGENIERÍA

El equipo de Carmen del Cerro ha logrado localizar ya dos kilómetros y medio del 'falaj'. El tramo abarca desde el punto donde captaba el agua del subsuelo hasta el sitio en que alcanzaba la superficie para dar paso a una red secundaria de canalizaciones a izquierda y derecha que permitía regar los cultivos de modo similar al que se conoce hoy. Cada 12 metros situaban una palmera en un avanzado alcorque que contaba con un regulador de entrada de agua creado con restos de tinajas y de vasijas. Una auténtica obra de ingeniería.

"Bajo la Península Arábiga se encuentra uno de los mayores acuíferos del mundo; en aquella época el agua estaba a pocos metros, pero ahora se halla a más de cien", afirma Del Cerro.

Estas condiciones hicieron que los habitantes del poblado disfrutaran de una completa alimentación que incluía cereales y legumbres así como carne y productos lácteos de camello, cabra y oveja. Todo ello lo han revelado los estudios llevados a cabo por el equipo español, que han permitido reconstruir en detalle cómo era la vida en el lugar.

La directora de la excavación subraya que la datación del enclave se ha podido llevar a cabo con gran precisión a través de la curva de calibración marina a partir de unos moluscos de la familia Thiaridae que han aparecido en cantidades importantes y que sólo se dan "en agua limpia, dulce y que corra a cielo abierto". Es una de las claves.

Durante el mes que han estado trabajando se marcaron el objetivo de averiguar "cómo y dónde acaba el falaj", señala Del Cerro. "Queremos saber si el final es un estanque o simplemente muere", puntualiza. Y cada vez están más cerca de lograrlo.

Para alcanzar el punto en el que se encuentran actualmente llevan trabajando 23 años. La excavación se inició en 1994 bajo la dirección de Joaquín Córdoba, catedrático de Historia Antigua de Oriente en la Autónoma de Madrid, quien estuvo al frente de la misma hasta que en 2013 se hizo cargo Carmen del Cerro.

En la expedición de 2017, financiada por la Universidad Autónoma de Madrid y por la Autoridad Arqueológica de Sharjah, ha participado bajo las órdenes de Carmen del Cerro un equipo compuesto por Miguel Ángel Núñez, conservador técnico adscrito a la propia Autoridad Arqueológica; la doctora Teresa Fernández y Clara Martínez de Ibárreta, topógrafos pertenecientes a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros en Topografía, Geodesia y Cartografía de la Universidad Politécnica de Madrid; así como Carlos Fernández y Juan Álvarez, estudiantes de doctorado del Departamento de Historia Antigua de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid.

Ellos son quienes han estado en marzo en Thuqeibah, pero en las últimas dos décadas han pasado por la excavación más de 70 especialistas que abarcan a arqueólogos, restauradores, topógrafos, geoquímicos, antropólogos, arqueozoólogos, paleobotánicos, arqueobotánicos o expertos en georadar y campos magnéticos.

APOYO DEL JEQUE DE SHARJAH

Algunos de ellos, como Joaquín Córdoba, Carmen del Cerro, Miguel Ángel Núñez o Teresa Fernández, también han trabajado en otras excavaciones de Próximo y Medio Oriente como la de Tell Mahuz en Kirkuk, localizada cerca de la ciudad iraquí de Mosul, o los yacimientos de Geotchik Depe e Izat Kuli en la región de Dehistán en Turkmenistán.

En el caso del yacimiento de Sharjah, si algo valora de forma muy especial la doctora Del Cerro es la implicación de las autoridades del emirato. Un apoyo que les llega de forma directa del doctor Sabah Yasim, director de la Autoridad Arqueológica, del doctor Aisa Abbas, responsable máximo de excavaciones en Sharjah, e incluso del propio jeque doctor Sultán Bin Mohamed Al Qasimi. "El emir nos conoce por nuestros nombres, sabe lo que estamos haciendo y se interesa por la evolución de los trabajos", asegura. Hasta el punto de que ha hecho llegar de forma personal a Joaquín Córdoba su agradecimiento en varias ocasiones a lo largo de estos años.

Un contexto que les anima a continuar con los trabajos hasta culminar unas investigaciones que Del Cerro, en la antesala de la exposición que sobre la historia de Sharjah tuvo lugar hace un año en el Museo Arqueológico de Madrid, llegó a calificar como "auténtica revolución de la arqueología del mundo árabe".

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