viernes. 29.03.2024

En el imaginario colectivo del mundo árabe, Al Andalus sigue siendo el “paraíso perdido” (Al yenna al mafquda). La gran civilización andalusí que deslumbró a Occidente y elevó la cultura islámica a su cénit en el siglo X, antes de extinguirse en 1492 tras la conquista cristiana del reino nazarí de Granada. Desde entonces, un hilo invisible de memoria une a España con el mundo árabe. Un trocito de aquel edén irrepetible y suntuoso regresará a Oriente Medio en octubre de manos de un artista cordobés, que ha rescatado del olvido la refinada técnica del guadamecí.

¿Y en qué consiste la tradición del guadamecí? En una piel curtida de carnero sobre la que se incrustan láminas doradas o plateadas con motivos florales o geométricos. En sus inicios se utilizaban para forrar objetos, pero en el esplendor del Califato omeya acaban convirtiéndose en obras artísticas en sí mismas signo de lujo y refinamiento. El guadamecí se fue disipando en el tiempo o mutando a otras disciplinas artesanas vinculadas con el cuero.

Hasta hace unas cuantas décadas no fue recuperado nuevamente fruto de una ardua labor de investigación. El artista cordobés José Carlos Villarejo pertenece a ese selecto grupo de artesanos. Aprendió la técnica desde muy niño de su tío Ramón García Romero, que buceó en archivos y recorrió media España indagando en una tradición que vuelve a recobrar brillo. Y García Romero fue discípulo, a su vez, de Rafael Bernier Soldevilla, uno de los precursores del renacimiento moderno del guadamecí en Andalucía. Bernier montó su primer taller en la mundialmente conocida Calleja de las Flores, uno de los rincones más emblemáticos del histórico barrio de la Judería, a tiro de piedra de la gran Mezquita omeya de Córdoba. En aquel taller, se formaron media docena de jóvenes artesanos y muchas de sus extraordinarias piezas acabaron en manos de Alfonso XIII y otras tantas personalidades de la época.

'Encuentro con Allah', obra de Juan Carlos Villarejo realizada con la técnica del guadamecí. (Cedida)

Villarejo traerá a Dubai diez obras de tamaño medio. Algunas de sus piezas han sido readaptadas con telas de lujo mezcladas con la piel tradicional de oveja. Se trata de una innovación respecto a la línea convencional de su trabajo. “Los motivos de las piezas son filosóficos propios de la cultura cordobesa”, precisa Villarejo. “Intento trasladar el paraíso al cuero”, dice en alusión a uno de los temas recurrentes del arte islámico andalusí. “Quien las contempla, observa figuradamente el jardín eterno”, subraya.

El poder evocador de la cultura andalusí está todavía vivo en las calles de Córdoba y se visibiliza con enorme fuerza en sus dos grandes monumentos icónicos: la imponente Mezquita y la vieja ciudad de Medina Azahara

Es uno de los signos de identidad del arte califal, cuyas formas geométricas se repiten en las innumerables huellas que aún perduran, casi mil años después, en la que fue capital de Al Andalus hasta la caída del Califato en el siglo XI. Luego la dinastía omeya se fragmentó en los reinos de Taifas, que acabaron extinguiéndose a finales del XV con la conquista cristiana de Granada. El poder evocador de la cultura andalusí está todavía vivo en las calles de Córdoba y se visibiliza con enorme fuerza en sus dos grandes monumentos icónicos: la imponente Mezquita y la vieja ciudad de Medina Azahara, construida por Abderramán III como faro universal de su dominio, hoy reducida a ruinas en un enclave arqueológico a una decena de kilómetros de la urbe.

De hecho, casi la práctica totalidad de la artesanía y los souvenirs que se venden en los alrededores del templo omeya recuerdan motivos artísticos califales. Y los guadamecíes de José Carlos Villarejo beben de ese venero inagotable del arte andalusí. Su taller museo está ubicado muy cerca de la Calleja de las Flores y a escasos metros de la Mezquita y del antiguo alcázar califal, epicentro de aquella Córdoba que fascinó al mundo.

 “Es un lujo poder trasladar una parte del patrimonio cordobés al corazón de los árabes

La exposición se celebrará entre el 8 y el 10 de octubre en el Trade Center Arena bajo el título de World Art Dubai 2020. La muestra reunirá a medio centenar de artistas locales, pero también procedentes de un buen puñado de países, como México, Brasil o Alemania. España estará representada por Villarejo y por una galería de Barcelona, que desplazará obras de siete artistas. “Para mí, es un privilegio participar en un evento de Oriente Medio”, declara el autor andaluz. “Es un lujo poder trasladar una parte del patrimonio cordobés al corazón de los árabes. Me satisface poder colaborar en que Emiratos Árabes Unidos recobre la belleza que alcanzó Córdoba en Al Andalus”.

José Carlos Villarejo, durante el proceso de creación de una obra en su taller museo de Córdoba. (Cedida)

No es la primera vez que José Carlos Villarejo expone en Oriente Medio. El año pasado ya tuvo la oportunidad de exhibir su obra también en Emiratos. En aquella ocasión participó en el Festival de Arte Islámico de Sharjah y su trabajo fue apreciado personalmente por el emir Sultan bin Mohammed Al Qasimi. “La experiencia de otoño de 2019 fue muy grata. Me ha servido de aprendizaje y para planear nuevos proyectos en Córdoba”, admite.

"Córdoba forma parte de la cultura árabe y tiene memoria de ello"

El guadamecí es una técnica desconocida en la península arábiga y previsiblemente también en todo Oriente Medio. “Se quedan sorprendidos cuando la ven y saben admirarla”, puntualiza. Al fin y al cabo, el estilo artístico andalusí guarda semejanzas con el árabe oriental. No hay que olvidar que Al Andalus tuvo una influencia decisiva del arte sirio. Su primer emir, Abderramán I, huyó de Damasco tras la caída de la dinastía omeya antes de que los abbasíes lo pasaran a cuchillo como al resto de su familia. Los omeyas españoles se mantuvieron en el poder durante más de siglo y medio, de forma que la influencia siria penetró en la nueva cultura andalusí con vigor. “Córdoba forma parte de la cultura árabe”, señala el artesano. “Y tiene memoria de ello”, remacha.

Villarejo ya ha expuesto con anterioridad en Francia y Marruecos, particularmente en Rabat y Fes. Para el transporte de las diez piezas ha contratado a una empresa especializada que las trasladará desde Madrid a Dubai. Él mismo las recepcionará en Emiratos y supervisará personalmente su desplazamiento a la exposición. “Mi contribución a la investigación y difusión de los valores de Al Andalus es apenas una mota de polvo”, asegura. “Pero sí puedo decir que he posicionado los guadamecíes en el mercado del arte y eso nadie lo había hecho. En mi viaje a Oriente Medio, Córdoba va conmigo”, resume.

Córdoba traerá a Dubai un trozo del 'paraíso perdido' de Al Andalus
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