viernes. 19.04.2024

Mientras países como Emiratos Árabes Unidos (EAU) se suman a la carrera espacial y ponen la vista en Marte, el periodista español Rafael Moreno cuestiona la llegada del hombre a la Luna en 1969 a través de un trepidante e irónico relato. ‘Un godo en la luna’ mezcla revisión histórica, teoría conspiratoria, periodismo, crimen y humor precisamente cuando se conmemora medio siglo del alunizaje. Escritor comprometido con la investigación histórica, Moreno cambia de tercio y desmonta sarcásticamente una farsa en esta divertida novela, desvelando los hilos que teje la red de la sociedad, donde el periodismo juega un papel clave. El periodista, con una intensa trayectoria de tres décadas y media a sus espaldas, se atreve incluso a reconocer ante EL CORREO DEL GOLFO que él también cree que esta manipulación fue, en parte, realidad. 

¿Puede entender el lector internacional ‘Un godo en la luna’? 

Sí, ‘Un godo en la luna’ es un libro universal, que se puede entender desde cualquier punto de la geografía internacional si se toma como base la historia de España. A partir de la ocupación musulmana de España, concretamente en los años florecientes de Al Andalus, se monta una parodia que se distribuye históricamente en tres tiempos. Empieza en los tiempos modernos, la era de la televisión, Internet y los mensajes de móviles. Después hay un regreso al pasado, donde aparecen una serie de personajes que van haciendo una recapitulación de la historia a través de una hermandad, cuyos miembros dominan el mundo y que pueden estar en España o en cualquier parte, son los grandes tejedores. Por último, el tercer tiempo es simplemente navegar por los problemas actuales de la sociedad, lo que se hace de una forma muy tragicómica por medio de unos personajes que son casi kafkianos, muy reales e irreales al mismo tiempo. A través de lo más simple, que son grabaciones de programas de televisión, se van descubriendo una serie de hechos que ponen de manifiesto la gran farsa que es la sociedad de hoy. Esa es un poco la trastienda del argumento. 

¿Por qué ese título? 

El título de ‘Un godo en la luna’ habla precisamente de ese regreso a la historia. Un policía, a través de una delirante investigación y sustentado en una serie de documentos que empiezan en la invasión musulmana, después del periodo godo, cuando Don Rodrigo pierde la batalla de Guadalete, descubre la parodia y el ejemplo de cuál es la gran farsa de hoy. Imaginemos que el hombre no ha llegado a la luna. ¿Es posible? ¿No es posible? El tiempo lo dirá. Desde luego, el descubrimiento que hace el policía va en ese sentido. El libro es una clase de historia graciosa, simpática y muy amena y de ahí el godo en la luna y, cogiendo como ejemplo también la participación de Jesús Hermida, que fue uno de los periodistas que retransmitió magistralmente la llegada del hombre a la luna, plantea cómo un directo puede ser verdad o no.

‘Un godo en la luna’ mezcla muchos temas distintos… 

Es extraño y al mismo tiempo, simpático. ¿Es posible que el hombre no llegara a la luna? Lo dejo en el aire, pero más de uno todavía piensa que no fue verdad. Hay cientos de miles de personas en el mundo que son aficionados a las teorías conspirativas, que no creen en el alunizaje. Yo puedo confesar una cosa. No me da vergüenza. Creo que el hombre llegó a la luna, evidentemente, pero creo que en la retransmisión se hizo un falso directo. Había una serie de circunstancias en esos años, en EEUU y la Unión Soviética, una competitividad entre los dos países brutal y una carrera espacial abierta para ver quién llegaba primero. Los rusos habían fallado tres días antes, su supuesto alunizaje el 13 de julio fracasó, y el de EEUU se produce una semana después, con éxito y encima lo retransmiten. Era la manera de decirle al mundo “aquí mando yo”. Fue su forma de demostrar el poderío militar y el poderío tecnológico de Estados Unidos sobre la Unión Soviética.

Portada del libro 'Un godo en la Luna', del periodista Rafael Moreno.

Ahora que se acaban de cumplir 50 años de ese alunizaje la carrera espacial vive otro momento de reactivación, con la vista puesta en Marte, y también Emiratos Árabes Unidos se ha lanzado a ella. ¿Qué le parece? 

Hoy, para los países, las antiguas gestas de héroes nacionales como El Cid son los grandes retos tecnológicos. Como esos grandes héroes nacionales prácticamente han desaparecido, no existen, se tienen que fijar en este tipo de programas espaciales, de investigación, en nuevos retos para la humanidad. ¿Por qué un país pequeño no puede lograr un gran reto como llegar a Marte? España no era muy grande cuando logró sus grandes retos, fue potencia mundial; Portugal lo llegó a ser y era un pequeño país. Emiratos Árabes puede conseguirlo y alcanzar el reto antes que nadie. Es posible

¿Qué le aporta la faceta de escritor a su profesión periodística? 

Yo soy un aficionado. No me dedico profesionalmente a la escritura y nunca lo he pretendido. Primero escribo para divertirme. ‘Un godo en la luna’ es un libro en ese sentido, un libro gracioso, donde te lo pasas bien leyendo a los personajes. Otros de mis libros son muy serios, de investigación, de memoria histórica en determinados casos. Son libros donde no me permito las mismas licencias que en el actual. La memoria histórica es una faceta bastante penosa porque se sufre mucho escribiendo, se sufre mucho hablando con los hijos o los nietos de las víctimas de aquella época, pero es una escritura que te libera emocionalmente, sobre todo si has tenido familiares o amigos, vecinos, que sufrieron lo que fue la represión en aquellos años. Libera las emociones, las tuyas y las de ellos. 

“Hoy, para los países, las antiguas gestas de los héroes nacionales son los grandes retos tecnológicos. ¿Por qué un país pequeño no puede lograr un gran reto como llegar a Marte. Emiratos Árabes puede conseguirlo”

Entiendo que hablar de las víctimas de la Guerra Civil española es un proceso difícil, pero compensa, ¿no? 

Sí, además te va enganchando porque sacar a la luz historias de hace 80 años no es fácil. Son una serie de vivencias que había en esas casas, una serie de recuerdos de personas que ya no tienen cara ni nombre. De buenas a primeras, empiezas a manejar cartas que escribieron a los hijos cuando los iban a fusilar u otras que las víctimas les enviaban a sus mujeres donde falseaban la vida que padecían en la cárcel o directamente se inventaban una realidad alternativa para que sus familias no sufriesen. En las cárceles eran torturados, pasaban hambre, enfermedades. De hecho, muchos de ellos cuando salían de prisión morían al poco tiempo. Hay que entender que cuando te entregan a ti una carta de hace 80 años, cuando te abren ese sobre, estás siendo testigo de un texto que seguramente no han vuelto a leer porque si lo hacen es un desgarro en los sentimientos...

 ¿Necesitaba ahora una liberación con este cambio de temática? 

De vez en cuando es bueno. Mi anterior libro fue muy duro. Se llamaba ‘Perseguidos’. En cualquier país puede ocurrir lo que se cuenta en el mismo. Ese libro no es una novela ni es una ficción. Es un libro que se basa en la historia de cinco ejemplos de la Guerra Civil española, pero esos ejemplos también pueden situarse en la guerra civil que está viviendo ahora un país como Siria. Ahí vienen vivencias personales de gente que ha sido fusilada, que ha perdido a toda su familia, que está a la fuerza en el ejército pegando tiros donde menos se imaginaba. Una guerra le puede caer encima en cualquier momento a cualquier persona. 

¿Impone la situación actual del periodismo la necesidad de hacer literatura para poder ejercer periodismo en profundidad? 

Es verdad. ‘Un godo en la luna’ denuncia esa manipulación. No quiero hacer muchos 'spoilers' del contenido pero precisamente el periodismo de hoy no profundiza prácticamente en nada, es una incongruencia en la edad de la inmediatez y de la rapidez de la información, de la urgencia a la hora de distribuir noticias sobre cualquier acontecimiento que sucede en el mundo, del directo. De hecho, ‘Un godo en la luna’ recoge algunos de esos acontecimientos en riguroso directo. Estamos menos informados que nunca y nos manipulan con más facilidad que nunca. Aunque hay que reconocer que las noticias falsas, que parecen una cosa de hoy, hace muchos muchos años también existían. Solo hay que navegar un poquito en la historia para descubrirlo. Falseando noticias se provocaban conflictos, exactamente como hoy. La guerra de España contra EEUU fue eso: una serie de informaciones publicadas en los periódicos de Cuba que crearon un germen que enfrentó a los dos países.

"Una cosa es que te censuren y otra cosa es que directamente no te publiquen; eso es lo que está sucediendo hoy"

¿Es más fácil actualmente realizar una escritura realista a través de la novela que del periodismo? 

Creo que sí. En un medio de comunicación es muy difícil que haya una completa libertad de expresión porque los medios de comunicación, desgraciadamente, son empresas y en las empresas prima, como es normal, el beneficio. Cuando ven que peligra su balance a final de año por motivos informativos pues, evidentemente, van cercenando poco a poco determinadas noticias. Pero una cosa es que te censuren y otra cosa es que directamente no te publiquen. Y eso es lo que está sucediendo hoy. 

¿Hay esperanza para el sector? 

Debe haberla. Deberíamos estar viviendo la etapa más floreciente del periodismo. Tarde o temprano el papel será un recuerdo, no creo que desaparezca pero será simplemente un medio decorativo que te ofrezca un escaparate de lo que es la prensa. Va a primar sobre todo la televisión, la radio. Aunque, bueno, la televisión iba a acabar con la radio y no lo hizo… Los medios cambiarán pero no tienen más remedio que convivir. 

"Creo que si se tratara de simular, por ejemplo, la llegada del hombre a Marte, lo cual no le hace mucho daño a nadie, pues igual sí, estaría dispuesto a dar una noticia falsa"

¿Y estaría dispuesto a prestarse a dar una noticia falsa? 

Creo que si se tratara de simular, por ejemplo, la llegada del hombre a Marte, lo cual no le hace mucho daño a nadie, pues igual sí, estaría dispuesto a dar una noticia falsa. Pienso que todos nos prestamos un poco a esa farsa… Ya lo hizo con la invasión marciana en su día Orson Welles en un programa de radio y la gente se lo creyó. Puede ser lo mismo. Simular otro tipo de noticia, no.

¿Qué labor cumple el periodismo local en este panorama? 

El periodismo local era una manera muy afable y amena de acercar la actualidad a tu vecino, a tu barrio, a tu calle, pero hoy parece que lo que pasa al lado de tu casa, a menos que sea un suceso, no se valora. En segundo lugar, el periodismo local es muy complicado de llevar a cabo porque, sobre todo en lo que se refiere a periodismo de investigación, de denuncia, tú conoces a los protagonistas, convives con ellos, te los encuentras a diario, y eso es siempre difícil. Es lo que le veo al periodismo local: o sales y te aislas de ese roce cotidiano con los protagonistas de la noticia o no haces periodismo. Mucha gente opta por no hacerlo y otros optamos por hacerlo y tiene un alto coste profesional porque cuando te metes en camisas de once varas luego las represalias te van a caer a ti. Las personas a las que se aluden son gente que te conoce y que si te pueden hacer la vida imposible te la van a hacer. 

La tierra donde ejerce usted el periodismo, Huelva, ha trascendido en varias ocasiones lo local… 

Es curioso. Huelva tiene la gesta del Descubrimiento de América. ¿Cómo un tipo como Colón, que iba a protagonizar uno de los grandes pasos de la humanidad, acaba en Huelva, en un rincón del mundo que en aquella época contaba con cuatro gatos? En un lugar, además, donde la mitología situaba una de las puertas del infierno, en el delta del Tinto y el Odiel, precisamente donde está el Monasterio de La Rábida. Esa fue una de las primeras presencias de Huelva en la historia. La siguiente fue en la Segunda Guerra Mundial cuando se monta aquí todo un ardid, una estrategia a través del ‘hombre que nunca existió’, para engañar nada menos que al espionaje alemán. Huelva acaba acaparando ese espacio en la historia. La tercera vez que aparece es precisamente en toda la aventura espacial que está teniendo lugar ahora mismo, en todas las claves de la vida extraterrestre. Resulta que tenemos en Huelva un río, el Tinto, con miles de años y unas bacterias cuya investigación está poniendo de manifiesto que la vida en Marte es posible. Huelva aparece otra vez en el corazón de estas historias mundiales.

"Jesús Hermida hace en el libro la confesión de que la llegada del hombre a la luna fue una farsa. Es como si viniera hoy Colón y nos dijera: oye, que yo no llegué el primero a América, que cuando llegué ya había allí una serie de gente, lo que pasa es que hice el paripé y dije que fui el primero"

También un periodista onubense, Jesús Hermida, fue protagonista en el relato del alunizaje del 69 y lo es en ‘Un godo en la luna’. ¿Qué papel cumple en el libro? 

Jesús Hermida juega un papel primordial. Es el periodista que narra para España la llegada del hombre a la luna. En este libro nos deja una confesión que es el principio del relato. En el libro se incluye un código QR para que los lectores antes de empezar lo puedan ver y se sorprendan. El documento es un vídeo, realizado en Prado del Rey, en el que Jesús Hermida confiesa 'entre comillas' que fue una farsa, que él participó en una farsa. Es el valor que tiene ‘Un godo en la luna’. Es como si viniera hoy Colón y nos dijera: “oye, que yo no llegué el primero a América, que cuando llegué ya había allí una serie de gente, lo que pasa es que hice el paripé y dije que fui el primero”. 

En un mundo en el que cada vez hay más personas que piensan que la Tierra es plana no es tan difícil de creer que la llegada del hombre a la luna fue un montaje… 

La gente se divierte así. No obstante hay que tener presente que, sociológicamente, el 5% de la población se cree cualquier cosa, cualquier planteamiento que se haga. Si haces una simulación, como se hizo en la época, y es mentira al final nos lo creemos. 

¿Qué destacaría de ‘Un godo en la luna’? 

Hay un detalle muy bueno que es la colección de dibujos de Vicente Toti, que me regaló hace bastantes años. Yo colaboraba con él muchas veces, sobre todo en una revista satírica. Él sacó hace muchos años ya, 20 o 30 años, una revista local en papel que se llamaba ‘El pato de Doñana’, era lo que es ‘El Mundo Today’ en España hoy, un medio satírico que está en boca de todo el mundo. Los dibujos que me regaló están relacionados con la profesión periodística y le dan mucho valor al libro, porque detrás de los dibujos se ve lo que está pasando. Detrás de una máquina de escribir, de un lapicero, de un manchón de tinta, de toda esa colección, hay sentimientos y está la vida misma. Se ve la evolución del periodismo desde los antiguos escritos a mano hasta el ordenador. Ese recorrido visual de la profesión periodística está presente en el libro a través de los dibujos de Toti. 

"El periodismo local es muy complicado, sobre todo en lo que se refiere a periodismo de investigación; los protagonistas son gente que te conoce y que si te pueden hacer la vida imposible te la van a hacer"

¿Qué le ha aportado escribir esta novela? 

La diversión. A mí lo que me gusta de ‘Un godo en la luna’ es lo bien que te lo pasas leyéndolo. Es un libro muy divertido. Le garantizo al lector que estará cuatro horas riéndose y, sobre todo, alucinando, no alunizando; alucinando con la cantidad de hechos y acontecimientos que se va a encontrar de la mano de un policía al que le quedan días para jubilarse, un policía anodino, que lo único que hacía era poner sellitos en la comisaría y se encuentra con un marrón en la semana que se iba a jubilar. A raíz de ahí se le levantan todos los demonios que no se le habían levantado en su vida. 

¿Tiene en mente su próximo proyecto? 

Lo tengo en mente, está relacionado con la memoria, con el Alzheimer, es muy denso, es complicado, es una cosa que me está costando. Manejar cartas de una persona que está perdiendo la memoria es intenso. Llevaba escritos 20 o 30 folios pero confieso que me he quedado en blanco. Llevo ya meses en esa situación, es como si la memoria te fallara a ti. A través de las cartas ves como una persona va perdiendo poco a poco la facultad de recordar lo que ha vivido y al final te afecta. A mí me está pasando.

¿Cuál es la noticia que más le gustaría dar como periodista? 

No solo me gustaría darla sino también estar allí. Es la llegada del hombre a Marte. Podría decir que me gustaría informar sobre la solución de un conflicto, porque ese es el deseo que tenemos todos, pero como noticia me gustaría estar allí, verlo, comprobar que efectivamente nos estamos bajando en Marte.

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El libro 'Un godo en la Luna' se puede adquirir a través de siguiente enlace: https://www.agapea.com/libros/UN-GODO-EN-LA-LUNA-9788412039917-i.htm. También se sirve directamente desde la Editorial Niebla: https://nieblaeditorial.com

“Creo que el hombre llegó a la luna, pero también que la retransmisión fue un falso...
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