Con la quema del diablo en la Alameda para ahuyentar todo lo malo y la entrega de la MPAKA, el emblema del Festival del Caribe, a la representación de Belice, que será la nación invitada en 2020, concluía la edición 39 de la Fiesta del Fuego en Santiago de Cuba.
El Festival del Caribe incluyó este año la huella árabe, que llegó desde España y que tuvo una activa participación en la celebración que se desarrolló sobre el escenario del Coloquio Internacional El Caribe Que Nos Une, que dio cabida a los diferentes talleres especializados en el Teatro Heredia
Chantal Marín, encargada de Negocios de la Embajada de Belice en la Habana, explicó en conferencia de prensa el agradecimiento de su Gobierno por la designación, lo que constituye un compromiso para llevar hasta Cuba lo mejor de su cultura y también de su gastronomía.
Por su parte, Marcos Antonio Campings, director de los Estudios Siboney de la Empresa de Grabaciones y Ediciones, la EGREM santiaguera, que será distinguida igualmente en 2020, apuntaba que se mantendrían priorizando la grabación de la mejor música cubana, sobre todo la oriental, idea fundacional del comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque.
Luego de concluido este intercambio y en presencia de los periodistas acreditados así como de Raulicer Hierrezuelo, director provincial de Cultura, y de Marín y de Campins, se dirigieron al céntrico Parque Céspedes para disfrutar del desfile de las delegaciones participantes.
Con veneración para la República Oriental del Uruguay, fueron siete días de intensa actividad creativa durante los cuales estuvieron presentes más de 500 artistas de 32 países.
