martes. 19.03.2024

Montar a camello siempre ha sido un deporte de hombres en Emiratos Árabes Unidos. Así ha sido hasta que, este año, Linda Krockenberger ha fundado la primera academia del país que es, además, la primera escuela para mujeres. Llamada "Desierto Arábigo", la institución cuenta ya con seis alumnas, todas ellas de distintas nacionalidades. Son las extranjeras las que se sienten más atraídas por esta modalidad que hasta poco tiempo no era considerada como un deporte en Dubai.

El sueño de su fundadora es llegar a formar un equipo femenino que pueda participar en competiciones durante la próxima temporada, para ello necesita tener, al menos, diez jinetes. De todas formas, por motivos deportivos y culturales no podrán competir. Es por ello que la idea de Krockenberger es que sus pupilas practiquen y compitan entre ellas para que cada vez haya más mujeres contra las que poder correr cuando el deporte esté más extendido.

"Es una idea sin precedentes", afirma Obaid Al Falasi a la agencia de noticias EFE.

El emiratí lleva toda la vida dedicándose a la cría de los camellos y es el socio fundador con Krockenberger. "Queríamos crear una escuela y un equipo femenino de carreras de camellos", explica Al Falasi que tiene dos hijas y quiere promover la participación de las mujeres en este deporte con este proyecto. "Es nuestra tradición, mi familia ha estado desde hace mucho en las carreras y la compra-venta -de camellos-", agrega. No solo eso. Al Fasi también subraya que son las inmigrantes las que muestran más interés en esta actividad porque "es diferente, es rara y no es accesible" para todas.

En un principio, la alemana contactaba con las mujeres que estaban interesadas vía Instagram, aunque ahora espera que funcione el boca oreja y que el proyecto se vaya conociendo tanto por Dubai como por el resto del país.

"Es algo inaudito y a nadie se le pasa por la cabeza, así que tenemos que tener visibilidad para poder crecer", explica esta veinteañera.

"Cuando empecé a seguir su cuenta en Instagram y vi el anuncio del equipo me pareció un reto y me puse en contacto", explica Helen Kacnik, una sudafricana que, junto a una amiga de Nueva Zelanda, decidió formar parte del equipo. Ambas montan a caballo y querían aprender a montar a camello para poder participar en competiciones y carreras.

"Los camellos son -la esencia de- Emiratos, si tienes la oportunidad de hacer algo por qué no hacerlo", cuenta la neozelandesa Sarah Collins. "Estar aquí es una oportunidad, creo que sería estúpido no aprovecharla. ¿En qué otro lugar puedo aprender a montar en camello? No es algo que encuentres fácilmente", insiste.

Estas mujeres pioneras llaman la atención en el circuito entre todos los hombres. Ellos podrán competir a partir del mes de octubre, cuando las temperaturas se lo permitan. Mientras tanto, ellas tendrán que esperar a que la sociedad emiratí siga avanzando para poder hacerlo.

Las mujeres también montan en camello en Dubai
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